Showing posts with label Rutina. Show all posts
Showing posts with label Rutina. Show all posts

Friday, November 30, 2012

Cómo mejorar tus habilidades para estudiar

 
Escrito por jason belasco | Traducido por adriana de marco
Son las 2 AM y mañana tienes un examen de historia de mitad de término. Tu compañero de habitación está tocando la guitarra ensordeciéndote con la canción Rage Against the Machine (Enojo contra la máquina) (cómo si hubiera alguna otra), y el chico raro del fondo del corredor ha organizado sobre tu cama una comunicación con los espíritus. Estás haciendo, pesas para tus piernas con tu cuaderno enfrente, cuando de pronto uno de los participantes de la comunicación con los espíritus vuelca cerveza sobre tus pobres apuntes y ya ilegibles notas. ¿La lección aquí? Nunca tonifiques tus músculos cerca de cerveza barata. Bien, hay otra lección: tus habiliadades para estudiar no son buenas. Todo, desde la ilegibilidad de tus notas a tu ambiente para estudiar van hacia un fin desastroso. Puede ser que no te importe tu GPA, pero a otros si les importa, así que este eHow te dará la información que necesitas para aprender a estudiar. No te va a subir el conciente intelectual, pero al menos aprenderás a usar el que tienes. Antes de empezar a sermonearte, haz este examen para ver dónde están tus mayores problemas de estudio. Una vez que sepas por qué siempre has sido una desilución para tus padres, podrás seguir adelante con tu trabajo.

Prepara un lugar de estudio apropiado

Elige el lugar y reúne los materiales Una biblioteca es lo ideal. Si tiemblas ante la idea de ir a una biblioteca, esa es la razón por la que el lugar es perfecto. ¿Qué es lo que puede ser más aburrido (traducción: que te distraiga menos) que una biblioteca? Sin embargo, si eres una de esas personas que no se pueden concentrar entre ese ensordecedor silencio, deberías elegir un lugar en el que sepas que lo podrás hacer. Aquí tienes algunas sugerencias: Un café tranquilo Una sala de studio Una sala para estudiantes Un salón de clase vacío Un dormitorio no es un buen lugar, porque estarás cerca de un teléfono, de una cama, de la TV y otras distracciones. Luego de 30 minutos, te darás cuenta de que para mantener la sanidad es esencial que se rompa el tubo de la TV. Asegúrate de que tienes todos los materiales que necesitarás, no debes perder tiempo buscando tu lapicero de la suerte (o siguiendo a alguien para pedir prestado uno que sea de inferior calidad). También es importante tener una mesa de trabajo o un escritorio grande donde puedas desparramar tus cosas para que estén a mano. Aquí tienes un inventario rápido que puedes hacer para determinar si has encontrado el ambiente apropiado para estudiar. Asegúarate de que estás cómodo. Sea cual fuere el área que elijas, asegúrate de que sea relativamente placentera y cómoda. Alguna gente necesita silencio para estudiar, mientras otros prefieren tener música de fondo (investigadores han llegado a la conclusión de que escuchar música puede mejorar la atención mental, aunque no necesariamente mientras estudias). Probablemente sea mejor que evites la música muy energética como el hip hop el rock hardcore, pero, si te encuentras cantando con la música o golpeteando con tu pie, las posibilidades son que no estés prestando demasiada atención.

Haz una rutina regular para estudiar

No hay nada más frustrante que pasar un día "estudiando" y darte cuenta de que no has avanzado mucho. El truco para evitarlo es no estudiar durante mucho tiempo (aunque te podría ayudar), sino enfocarte más en la calidad del tiempo que le dedicas al estudio. Así que mantén un record. Haz un plan del día o mantén un asistente personal digital contigo en el que puedas escribir las tareas con las que debes cumplir. Sé específico. Haz tu agenda lo más específica que puedas. No solamente decide cuándo, sino las materias que vas a estudiar. Asegúrate de asignarle bloques de tiempo a cada curso. Y fíjate cuáles son los que te llevarán más tiempo de estudio y preparación, para poder marcar las prioridades. Mantente flexible. Ten en cuenta tus limitaciones y preferencias y mantén tu agenda relativamente flexible. La regla de "2 horas de estudio por una hora de clase" no siempre es cierta. Lo que estudies para cada clase estará determinado por qué tan eficientemente puedes comprender los contenidos. Si puedes lidiar con varias horas de estudio sin tomar un recreo, hazlo. Pero, si sólo puedes estudiar por períodos cortos y debes tomar recreos, tómalos, o toma un lapso que hayas estipulado o, mejor, tómalo como recompensa por haber llegado a tus metas. Sólo asegúrate de que tus recreos no terminen durando más que los períodos de estudio. También recuerda que algunas materias requieren más tiempo para re-tomarlas, así que trata de limitar las pausas cuando estés trabajando en asignaturas que requieran toda tu atención. Elige un tiempo óptimo del día para estudiar. Si eres una persona nocturna, no agendes el estudio para la mañana durante el desayuno, ya que estarás demasiado cansado y quejoso para estudiar efectivamente. Elige un momento del día en que estés alerta y en tu mejor forma. Sí, está bien... entre la escuela, el trabajo y la pornografía, es casi imposible reservar largos períodos de tiempo para un estudio concienzudo durante el día. Bueno, o deberás desarrollar la habilidad para estudiar por cortos períodos o deberás reajustar tu habilidad para concentrarte durante tus horas libres. Si nunca tienes momentos en los que te sientes cansado, tienes el síndrome de fatiga crónica. Si constantemente sientes que te falta energía, y si puedes estudiar solamente dejando de dormir, deberás reconsiderar tus metas. Por ejemplo, cortar tu horas de trabajo te puede costar algunos CDs, pero podrás mejorar en la escuela lo que es mejor para el futuro. Los estudios muestran que la mayoría de la gente estudia mejor por la mañana. Así que si ves que lo puedes hacer, trata de reajustar tu agenda del sueño para poder hacerlo antes del mediodía. No solamente estarás más feliz (sacándote el estudio del camino), sino que te acordarás mejor de las cosa aprendidas. Aparte, la mayoría de los exámenes van a ser durante el día (aunque no todos), así que es mejor estudiar durante el horario en el que tendrás el examen. Mantén tu vida social. Antes de que efectivamente puedas agendar tu tiempo de estudio, deberás priorizar tu vida. Ser un buen estudiante no significa que te debas aislar de tus amigos y de tu familia. Sólo sé muy claro con ellos y díles que tu tiempo de estudio es prioritario. Si recibes llamadas mientras estás con los libros, díle a quién quiera que sea que hablarás con él más tarde cuando le puedas dar toda tu atención. Si no tratas de mantener alguna semblanza de tu vida personal, te agotarás. ¿Además, es el estudio lo más importante de tu vida? Todo trabajo sin juego hace de Jack un tonto que se queda en su casa los viernes a la noche con el gato.

Entérate lo que quieren tus maestros

Desenvolverte bien en la escuela a veces tiene mucho menos que ver con lo mucho que trabajas que con las expectativas que ha puesto tu instructor en ti. Antes de anotarte en una clase, investiga lo que piensan los estudiantes anteriores del profesor y cómo se preparaban para sus clases. Si más de una fuente confiable te dice que el instructor es poco razonable, evita esa clase. Atiende y toma notas. Siéntate cerca del frente, no necesariamente adelante de todo, si no quieres contarle los pelos al profesor. Escribe lo más que puedas sobre lo que se dice (hasta las cosas que dicen tus compañeros... a no ser que sea completamente tonto e irrelevante, lo que pasa casi siempre). Si no puedes escribir rápido o claramente, compra una computadora notebook y llévala a clase. De esa forma toda la información que necesitas para un examen estará tipeada, lo que te ahorrará un paso cuando hagas tu rutina. Pero esto se verá más tarde. Si la usas, siéntate a un lado del aula, para que tu constante tipeo no distraiga al profesor. Tu profesor te hará saber con frecuencia cuáles son los tópicos importantes de sus clases, asegúrate de prestar atención. Por ejemplo, cualquier cosa que se escriba en el pizarrón deberás registrarla en tu computadora. También deberás saber por el lenguaje corporal del instructor, cuán importante es. Y no tengas miedo de hacer preguntas "estúpidas", como "¿Qué es lo que va a incluir en el examen?". Puede ser que te lo diga. Pero, si esto te pone nervioso, pídele al chico que esté más cerca tuyo que haga la pregunta. ¡El títere! Saca ventaja de las horas de trabajo de tu instructor. Puedes ir a la oficina de tu instructor al menos una vez.... para que sepa que te importa su clase. Antes de hacerlo, escribe las preguntas que tienes sobre la clase o sobre las cosas que leíste. Aunque no tengas preguntas específicas, será útil reunirte con él simplemente para tener una idea de lo que vendrá en el examen. Recuerda, aunque actúe como si estuviera ocupado, ayudarte es su trabajo; no aceptes que no te dé su total atención durante sus horas de trabajo. Entérate de lo que salió mal. Si por alguna razón todavía no rindes en el examen, no te asustes. Ve al instructor y de manera amable pídele discutir lo que no fue satisfactorio. Aprenderás a hacerlo mejor la próxima vez, y también le demostrarás que te importa tu actuación (lo que a su vez puede afectar tus notas en el futuro). Hasta puede darte la oportunidad de rehacer el examen. Suspira, suficiente del recreo de primavera en Daytona.

Aprende algunos trucos para estudiar

Lee con inteligencia Los libros de texto están diseñados para enfatizar los puntos que necesitas saber. Tienen un sumario, recapitulación o sección con preguntas al final de cada capítulo. También, enfócate en el contenido. Cuando leas un trabajo, mantén los ojos abiertos para leer los subtítulos y los términos en negritas. Reléelo todo, tomando notas mientras lo haces. Puedes escribir un pequeño sumario de cada capítulo cuando terminas, para saber si entendiste (y puedes explicar) el material. Ilumina los párrafos importantes. Leer las oraciones que has señalado es una buena forma de estudiar. Usa lineamientos Éstos pueden ser convenientes. Son más efectivos si no piensas en ellos como listas, sino como grupos de echos y conceptos basados en su relación de unos con otros. Encontrarás que muchos de los tópicos que estudies se agruparán en los encabezados. Haz tus lineamientos. Podrás recordarlos mejor y saber cómo se relacionan unos con otros. Reescribe las notas a mano Cuantos más de tus sentidos uses mientras estudias, más fuertemente se almacenará la información en tu cerebro. Por ello, uno de los mejores consejos para estudiar es que reescribas las notas a mano 2 y repitas las palabras en voz alta. De esta forma, estás reforzando la información. Leerás las notas, procesándolas para físicamente copiarlas, diciendo las palabras y oyéndolas. Así, te será mucho más fácil recordar la información. Usa dispositivos nemotécnicos Memorizar te puede dar resultado, como puede ser que tengas mejor suerte con dispositivos nemotécnicos. Se usan asociando a un sonido con un concepto, así que lo que tienes que recordar es el sonido. Si, la primera letra de cada apartado puede ser ensamblada como una palabra, tendrás que recordar esa palabra para recordar cada apartado de la lista. También pude servir para listas largas. Prueba con los grupos de estudio Los grupos pueden ser una gran forma de motivarte para trabajar y recibir información. - Encuentra un grupo de 3 ó 4 estudiantes. Deben ser más o menos del mismo nivel de tu intelecto. Si estás a un nivel más alto, estarás gastando tu tiempo. Si son mucho más inteligentes que tú, te confundirás y te descorazonarás. - Elige un plan de estudio en grupo que funcione. - Aunque el grupo tenga sólo un miembro, le puede dar a tu trabajo un incentivo adicional. - Busca miembros que estén tan comprometidos como tú y pon algunas reglas: llegar a tiempo, llegar preparado y usar el tiempo juntos para discutir el trabajo. -Para tener más consejos sobre el estudio, ve a Información sobre las habilidades del estudio en Recursos. Tarjetas Con ellas refuerzas la información a través del proceso de escribirlas. Cuanto más escribas sobre el tema, mejor te irá. Haz menos de 100 o pasarás más tiempo haciendo bonitas tarjetas que usándolas. Abarrotamiento Todos lo hacen, pero eso no significa que esté bien. Abarrotarte de conocimientos la noche anterior a un examen aumentará tu ansiedad y te quitará horas de sueño. Así que comienza a estudiar por lo menos dos semanas antes del examen y asegúrate de irte a dormir a una hora razonable la noche anterior. Exámenes de práctica y sesiones de repaso Usa los exámenes que tomó tu profesor en años anteriores. Úsalos. Qué mejor forma de saber lo que debes esperar que ver lo que el profesor preguntó antes. Asegúrate de practicar con esos exámenes hacia el final de tu período de estudio. Trátalos como si fueran el examen real y ve cómo los resuelves. No es ilegal ni está mal usar los viejos exámenes si están disponibles, ¡para eso están ahí! Muchos maestros también hacen sesiones de repaso antes del examen. Son importantes porque muchos profesores van a dar claves y pistas, accidentalmente, sobre el examen. Así que aunque sea muy aburrido, ve. Consejo sobre la materia específica Historia: las fechas son invaluables. Escribe las de cada evento mayor, para saber sus causas y efectos. Reescríbelas de memoria. Resalta con colores los nombres de la gente que estuvo involucrada. Ciencia: Las tarjetas son tus amigas. Los dispositivos nemotécnicos funcionan muy bien para los términos de ciencia. Matemática: La práctica es la clave. Haz tantos problemas de práctica como puedas hasta que les hayas tomado la mano. Matemática no es la clase de materia que puedas leer solamente, debes practicar. Inglés: lee tus notas y familiarízate con los términos literarios y técnicas que te mostró tu maestro. Los resúmenes de los argumentos también son útiles. Finalmente crea una lista de ejemplos de cada uno de los libros con los que estás familiarizada. Lengua extranjera: si es un examen de vocabulario, usa las tarjetas. Pero si es un ensayo o gramática, es mucho más importante que te familiarices con los verbos y sus conjugaciones. Si es un examen oral, busca alguien con quién hablar. Va a aumentar tu fluidez y comodidad.

Chequea algunas de las "comidas para el cerebro"

Posiblemente todos estos consejos sean demasiado obvios para ti, y quieres algo más exótico. Aquí tienes algunas segerencias dietéticas, también conocidas como "comidas para el cerebro". Puede ser que sean efectivas para ti o no, pero en caso de que estés lo suficientemente desesperado como para probar cualquier cosa, aquí las tienes. Una dieta apropiada evidentemente es importante para darte la energía y la concentración que necesitas para estudiar. Y aunque te veas tentado de comer Comidas con Valor Extra y Din Dongs todo el día, es una mejor idea hacer una dieta balanceada y sana, llena de las vitaminas y nutrientes esenciales. Algunos de estos nutrientes están directamente ligados con el enfoque mental y hasta con la inteligencia. Por ejemplo, un estudio británico encontró una correlación entre la dieta y la inteligencia, concluyendo que 1 de cada 4 chicas de colegio involucradas en el estudio estaba dañando su cociente intelectual haciendo dieta y privándose del hierro. El autor del estudio termina diciendo que debido a la frecuencia con que las mujeres jóvenes hacen dietas, es común que haya un pobre nivel de hierro entre las chicas británicas de colegio y que la dieta y los niveles de hierro juegan un rol importante para determinar el cociente intelectual. Las cuatro Gs: gingko, ginseng, ginseng siberiano y gotu kola En su libro "Herbs for Health and Healing" (Hierbas para la salud y la curación), Kathi Keville y Peter Korn discuten los estudios clínicos que muestran las 4 Gs, ginkgo, ginseng, ginseng siberiano y gotu kola como una mejora para las habilidades mentales, incluyendo "concentración, aptitud, conducta, alerta y hasta inteligencia". Esto puede ser debido a que tomando estas hierbas se produce un incremento del flujo del oxígeno al cerebro. Mientras estos efectos son particularmente notables en la gente anciana que ha mostrado una declinación en sus facultades mentales, muchos estudiantes universitarios se apoyan en las 4 Gs para mejorar la memoria. La mejor de las hierbas para mejorar la memoria es el ginkgo, y casi todos los suplementos para la "mejora de la memoria" lo contienen. Como Keville y Korn, reportan en un apartado del libro, cuando se les da ginkgo a los estudiantes antes de una sesión de estudios, "generalmente la mitad de los estudiantes dicen que realmente ven una diferencia", y el efecto es más pronunciado cuando se lo combina con ginseng o ginseng siberiano. Vitamina E Hay una variedad de vitaminas útiles para mejorar la función del cuerpo, incluyendo el cerebro. Los investigadores han ligado a la falta de vitamina E con la pérdida de la memoria. Sin embargo, estos estudios reúnen a gente más grande que está más proclive a sufrir una degeneración del cerebro debido al envejecimiento. Por lo tanto, aunque debes tener suficiente de esta vitamina en tu dieta para proteger tus facultades mentales, no quiere decir que una mega dosis te vaya a ayudar con un examen importante (puedes encontrar otros suplementos vitamínicos que parece que cumplen esta función). Mientras que el germen de trigo, el aceite de maíz y el aceite de maní tienen una gran cantidad de vitamina E, y que las carnes son una buena fuente, los suplementos pueden ser la mejor forma de incrementar su ingesta. Asegúrate de hablar con tu médico antes. La vitamina E licúa tu sangre, así que no la tomes si estás con anticoagulantes o vas a someterte a una cirugía en un futuro cercano. Lecitina Los estudios médicos han mostrado que la lecitina (que es un "fosfolípido", no preguntes) y su componente más significativo, la colima, son beneficiosos para el tratamiento de los desórdenes neurológicos, la pérdida de la memoria y la depresión. La lecitina puede ser que esté involucrada en el transporte de los lípidos y el colesterol (el bueno) del hígado a la sangre y esto también puede hacer que cumpla un importante rol en la salud del sistema circulatorio y mejorar la salud del cerebro. Las fuentes naturales son los huevos, los productos lácteos y las carnes que tienen grasa y colesterol, aunque la lecitina en sí misma no tiene colesterol. Las frutas y las verduras generalmente tienen poca lecitina, a excepción de los avocados (una "comida del cerebro", aunque alta en grasas) y las arvejas de soja (que son buenas para ti, así que cómelas). Otra vez, se debe decir que, aunque debas tener mucha lecitina en tu dieta, la relación entre esta sustancia y el cerebro aun no se entiende bien. Así que ahí tienes. Sea a través de hierbas, organización o el viejo compromiso, es posible romper el círculo de estudio sustancial, sin importar el alto grado de estudiante negligente que seas en este momento.


Bajar de Peso (laguia2000.com)

El que no sabe cocinar tiende a engordar

La balanza se ha convertido en un instrumento imprescindible en cualquier hogar. 

El ritual de pesarse todos los días para descubrir reflejado en ella el resultado de ese bombón o medialuna que no tuvimos la voluntad de despreciar, ya forma parte de la rutina diaria.

Pero el cuerpo a veces nos da sorpresas inesperadas. Aún después de un día de transgresiones suele no acusar signos de sobrepeso, en tanto que cuando nos sacrificamos hasta el límite, nuestro físico se puede empeñar en retener líquidos y en vez de bajar de peso aumentamos.

Creo que lo más conveniente es controlar el peso una vez por semana, a la misma hora y en la misma balanza y aprender a comer en forma moderada siempre.

Las dietas son temas que acaparan las páginas de todas las revistas desde hace muchos años; sin embargo, según las estadísticas, la población mundial sigue aumentando de peso y en estos momentos en Argentina más del cincuenta por ciento de la población tiene sobrepeso, incluyendo los niños.

Se espera que en el futuro cercano esta proporción alcance al cien por ciento de los habitantes.

Cuáles son los principales factores que influyen para que se produzca este fenómeno en casi todo el mundo, es la pregunta que todos nos hacemos a diario.

En primer lugar, la mayoría de las personas de las grandes ciudades tiene un menor desgaste físico y se mueve poco. La vida se facilita, el auto nos lleva, las máquinas nos ayudan y nos convertimos en seres sedentarios que sólo observan y controlan.

El sedentarismo es un factor de riesgo de enfermedades cardíacas y la principal causa para engordar, favoreciendo además el desarrollo de otros trastornos orgánicos graves, como la hipertensión, los problemas circulatorios, la diabetes, etc.

Pude comprobar en estas últimas vacaciones, durante las cuales no hice ninguna dieta, que pude bajar de peso solamente con un mayor movimiento. 

La falta de preocupaciones y la tranquilidad disminuyeron mi ansiedad habitual por la comida permitiendo que no me acordara de ella; porque las preocupaciones y el stress también engordan, provocando un desequilibrio emocional que hemos aprendido a calmar con la comida.

La adicción a los dulces es otro problema que acosa a las personas con sobrepeso. No es necesario privarse de ellos pero se puede controlar su ingesta teniendo una provisión de golosinas de bajo contenido calórico que nos gusten y utilizándolas como colaciones.

Respetar los horarios de las comidas es otro factor que ayuda a aprender a comer. Es inútil no comer casi nada durante todo el día para devorar en la cena todo lo que tenemos en la heladera. 

Lo ideal es acostumbrarse a comer seis veces por día comenzando con un buen desayuno, que los expertos aseguran es lo más importante, luego el almuerzo, después la merienda y por último la cena, más dos colaciones entre las principales comidas.

Hoy en día, tener que trabajar no es un obstáculo para seguir estas instrucciones. Existen en el mercado abundantes propuestas económicas que reemplazan adecuadamente cualquier comida hecha en casa.

Recordemos que las personas con sobrepeso son adictas a la comida y las adicciones encubren un estado de ánimo depresivo, por lo tanto, es saludable conectarse con nuevos intereses.

Hacer las compras y aprender a cocinar puede ser para muchos un nuevo interés que hoy en día está de moda; y también es una buena manera de mejorar nuestro estado de ánimo.

Las personas que viven solas tienden a comer mal y muchas veces llegan a graves estados de deshidratación porque como no sienten sed tampoco ingieren líquidos.

Cocinar para si mismo es una manera de elevar la autoestima y de aprender a considerarse digno de una mesa exclusiva para uno acompañada de abundante gaseosa dietética. 

Thursday, November 15, 2012

Todo sobre el sueño


El sueño -o su falta- es probablemente el aspecto más discutido sobre el cuidado del bebé. Los padres primerizos descubren su fundamental importancia durante las primeras semanas y meses de vida del bebé. La calidad y la cantidad del sueño de un lactante afectan al bienestar de toda la familia.

Las peleas que giran alrededor del sueño es muy raro que terminen cuando el niño pasa de la cuna a la cama. Solo cambian de forma. En vez de tener que alimentarlo a las 3 de la madrugada, se pasa a las pesadillas y a las peticiones de agua a media noche.

Entonces, ¿cómo conseguir que su hijo se meta en la cama a pesar de sus llantos, gritos, tácticas de evasión y súplicas? ¿Cómo debe responder cuando su hijo le despierta a media noche? ¿Y cuánto necesitan dormir los niños?

¿Cuánto sueño es suficiente?

Todo depende de la edad el niño. Los gráficos que indican las horas de sueño que suele requerir un lactante o un niño de 2 años pueden generar dudas y preocupaciones en los padres, al no tener en cuenta las diferencias individuales. Estas cifras no son más que simples promedios de grupos extensos de niños de edades concretas.

No existe un número mágico de horas requeridas por todos los niños de un grupo de edad en concreto. Sarah, de dos años, puede dormir de 8:00 de la tarde a 8:00 de la mañana, mientras que Johny, también de dos años, está igual de alerta al día siguiente después de dormir de 9:00 de la noche a 6:00 de la mañana.

De todos modos, el sueño es muy importante para el bienestar de los niños. La relación existente entre la falta de sueño y el comportamiento del niño no siempre es evidente. Cuando un adulto está cansado, puede estar irritable y/o tener muy poca energía, pero un niño puede volverse hiperactivo, antipático y presentar comportamientos extremos.

La mayoría de necesidades de sueño caen dentro de un margen predecible de horas según la edad del niño, pero cada niño es un ser único con sus propias y específicas necesidades de sueño.

He aquí algunas cifras aproximadas de horas de sueño en función de la edad, acompañadas de tácticas para favorecer el sueño adaptadas a cada grupo de edad.

Bebés (hasta los 6 meses)

No existe una fórmula para el sueño en los recién nacidos porque sus relojes internos todavía no están completamente desarrollados. Por lo general, duermen o dormitan de 16 a 20 horas al día, divididas por igual entre el día y la noche.

Los padres deben despertar a sus recién nacidos cada 3 o 4 horas hasta que se estabilice su ganancia de peso, lo que suele ocurrir aproximadamente a las dos semanas del nacimiento. A partir de ese momento, no pasa nada si un bebé duerme durante períodos de tiempo más largos. Pero no se ilusione demasiado pronto: la mayoría de lactantes no duermen durante mucho tiempo seguido porque los despierta el hambre.

Pasadas las dos primeras semanas, los lactantes pueden dormir hasta 4 o 5 horas seguidas; esta es la cantidad aproximada de tiempo que sus pequeños estómagos pueden aguantar sin recibir alimento entre tomas consecutivas. Si un bebé duerme durante mucho tiempo seguido por la noche, probablemente querrá mamar o tomar el biberón más a menudo durante el día.

Justo cuando los padres piensan que dormir toda la noche de un tirón parece un sueño inalcanzable, las horas de sueño del bebé empiezan a concentrarse en mayor medida por la noche. A los 3 meses, un bebé promedio duerme unas 13 horas en cada período de 24 horas (4 o 5 horas de sueño durante el día, repartidas en varias siestas, y de 8 a 9 horas de sueño por la noche, generalmente con una o dos interrupciones). Aproximadamente el 90% de los bebés de esta edad duerme más por la noche, durante períodos de 5 a 6 horas de duración.

Pero es importante saber que los bebés no siempre están despiertos cuando suenan como si lo estuvieran; pueden llorar y hacer todo tipo de ruidos durante el sueño ligero. Incluso, si se despiertan por la noche, es posible que solo pasen unos minutos despiertos antes de volver a conciliar el sueño por sí solos.

Si un bebé de menos de 6 meses sigue llorando, usted deberá atenderlo. Es posible que el bebé esté realmente incómodo: hambriento, mojado, frío o incluso enfermo. Pero el hecho de levantar al bebé por la noche para cambiarlo o alimentarlo debería ser un proceso lo más rápido y silencioso posible. No le aporte ningún estímulo innecesario como hablar, jugar o encender la luz. Fomente la idea de que la noche es para dormir. Es usted quien debe trasmitirle esta disciplina y enseñarle a dormirse solo por la noche, ya que a los bebés nunca les importa qué hora es siempre y cuando se satisfagan sus necesidades.

Idealmente, se debe colocar al bebé en la cuna antes de que se duerma. Y no es demasiado pronto para establecer una rutina sencilla para la hora de dormir. Cualquier actividad relajante llevada a cabo con regularidad y siguiendo el mismo orden cada noche, puede formar parte de la rutina. Su bebé asociará esas actividades con la hora de dormir y le ayudarán a tranquilizarse.

El objetivo consiste en que el bebé sepa dormirse de forma independiente y que aprenda a calmarse y a volverse a dormir en caso de que se despierte a media noche.

De 6 a 12 meses

A los 6 meses, un lactante duerme unas 3 horas durante el día y aproximadamente de 9 a 11 horas por la noche. A esta edad, usted puede empezar a modificar su respuesta cuando el bebé se despierte y llore por la noche.

Puede dejar al bebé un poco más de tiempo para que se calme por sí solo y vuelva a quedarse dormido. Si no lo consigue, tranquilícelo sin levantarlo en brazos (hablándole con suavidad, acariciándole o frotándole la espalda) y luego márchese de la habitación del bebé, a menos que parezca enfermo. Cuando un bebé está enfermo necesita que lo levanten en brazos y lo cuiden. Si el bebé no parece enfermo y continúa llorando, la próxima vez usted podrá esperar un poco más para repetir la breve visita a su habitación.

Entre los 6 y los 12 meses, la ansiedad de separación, una fase normal del desarrollo, entra en juego. Pero las reglas sobre cómo reaccionar ante los despertares nocturnos del pequeño seguirán siendo las mismas cuando su hijo cumpla un año. Intente no levantarlo en brazos, encender la luz, cantarle, hablarle, jugar con él ni alimentarle. Todas estas actividades no permiten que el pequeño aprenda a dormirse solo y fomentan los despertares nocturnos.

De 1 a 3 años

En las edades comprendidas entre el primer y el tercer cumpleaños, la mayoría de los niños duermen un promedio de 10 a 13 horas por la noche. La ansiedad de separación o sencillamente las ganas de estar despierto con papá y mamá (y de no perderse de nada), pueden llevar a un niño a no quererse dormir por la noche. Y lo mismo puede conseguir la tendencia a llevar la contra propia de los niños de esta edad.

Los padres a veces cometen el error de pensar que, si mantienen a su hijo despierto hasta tarde, estará más cansado a la hora de dormir. De hecho, a un niño puede costarle más conciliar el sueño cuando está demasiado cansado. Establezca horarios regulares para la siesta y la hora de acostarse por la noche. Aunque la mayoría de niños de esta edad hacen la siesta durante el día, no debe forzar a su hijo a hacerla. Pero es importante que programe un período de tiempo para que se relaje y repose, aunque su hijo prefiera no dormir.

Establecer una rutina para la hora de acostarse ayuda a los niños a relajarse y prepararse para dormir. Para un niño de 1 a 3 años, la rutina puede durar de 15 a 30 minutos e incluir actividades tranquilizadoras, como leerles un cuento, bañarlos o escuchar música relajante.

Independientemente del ritual nocturno que elija, su hijo probablemente insistirá en que sea el mismo todas las noches. Pero no permita que los rituales se alarguen demasiado ni que sean demasiado complicados. En la medida de lo posible, permita que su hijo escoja entre algunas alternativas de la rutina: qué pijama ponerse, qué muñeco de peluche llevarse a la cama, que música escuchar. Estas decisiones darán a su pequeño la sensación de que controla en cierto modo la rutina.

Pero incluso los niños que duermen mejor pueden despertarse y llamar a sus padres por la noche. La salida de los dientes y los sueños pueden despertar a los niños de esta edad. Los sueños activos empiezan en esta etapa y pueden resultar realmente alarmantes para unos niños tan pequeños. Las pesadillas, en concreto, asustan mucho a los niños de esta edad, que todavía no distinguen entre realidad e imaginación. (Por lo tanto, seleccione atentamente los programas de televisión que ve su hijo antes de acostarse, en el caso de que vea alguno.)

Consuele o tranquilice a su hijo, abrazándolo cuando le despierta un sueño o una pesadilla. Permita que le hable sobre el sueño si quiere hacerlo y permanezca a su lado hasta que se calme. Luego anímele a que vuelva a conciliar el sueño en cuanto sea posible.

Etapa preescolar (de 3 a 5 años)

Los niños en etapa preescolar necesitan aproximadamente de 10 a 12 horas de sueño nocturno. Un niño de esta edad que duerma lo suficiente por la noche, puede no necesitar hacer la siesta durante el día. Esta puede ser sustituida por un período de tranquilidad y reposo.

En la mayoría de guarderías y jardines de infantes se establecen breves períodos de tranquilidad, donde los niños se acuestan en colchonetas o descansan de otro modo. Cuando un niño deja de hacer la siesta, su hora de acostarse por la noche puede adelantarse con respecto a la etapa anterior.

Etapa escolar y preadolescencia

Los niños en edad escolar necesitan de 10 a 12 horas de sueño nocturno. Los problemas para irse a la cama pueden obedecer a diversas razones. Los deberes, la práctica de actividades deportivas extraescolares, la televisión, las computadoras y los juegos de vídeo, así como horarios familiares caóticos pueden contribuir a que los niños no duerman lo suficiente.

La falta de sueño puede desencadenar un comportamiento irritable o hiperactivo e impedir que los niños presten atención en clase. Es importante tener un horario regular para acostarse, sobre todo en los días lectivos. Asegúrese de dejar suficiente tiempo a su hijo para que se tranquilice antes de que apague la luz.

Adolescencia

Los adolescentes necesitan de 8,5 a 9,5 horas de sueño por la noche, pero muchos de ellos no las duermen. Debido a que los centros de estudios empiezan muy pronto y a la sobrecarga de trabajos escolares, deberes y actividades sociales y extraacadémicas, los adolescentes suelen tener una falta de sueño de carácter crónico.

Y la falta de sueño se acumula a los largo del tiempo, de modo que una hora menos de sueño por la noche cada día equivale a una noche entera sin dormir al final de la semana. Entre otras cosas, la falta de sueño puede producir:
  • una reducción de la atención
  • una disminución de la memoria a corto plazo
  • un rendimiento inconsistente
  • retrasos en el tiempo de respuesta
Estos efectos pueden provocar mal carácter, problemas en la escuela, uso de estimulantes y accidentes de tráfico (más de la mitad de los accidentes de coche “por dormirse al volante” están provocados por adolescentes).

Los adolescentes también experimentan un cambio en sus patrones de sueño: sus cuerpos desean permanecer despiertos más tiempo por la noche y despertarse más tarde por la mañana, lo que generalmente hace que intenten recuperar el sueño perdido durante el fin de semana. Esta irregularidad en el horario del sueño puede agravar todavía más el problema, haciendo que acostarse a una hora razonable durante la semana les resulte todavía más difícil.

En el caso ideal, un adolescente debería acostarse a la misma hora todas las noches y levantarse a la misma hora todas las mañanas, durmiendo un mínimo de 8 a 9 horas diarias.

Rutinas para la hora de acostarse

Independientemente de la edad que tenga su hijo, establezca una buena rutina para la hora de acostarse que fomente unos buenos hábitos de sueño. Los siguientes consejos pueden ayudar a los niños a tener un sueño nocturno reparador:
  • Incluya un período para relajarse en la rutina.
  • Establezca y cumpla una hora para acostarse, avisando a su hijo dos veces, con media hora y 10 minutos de antelación.
  • Si su hijo es mayor o adolescente, anímele a que siga y mantenga una hora de acostarse que le permita obtener la cantidad de horas de sueño necesaria para su edad.
Revisado por: Mary L. Gavin, MD
Fecha de revisión: enero de 2011

La importancia del equilibrio y cómo lo puedes mejorar (vidaysalud.com)

Por Elise Foss

Cuando pensamos en hacer ejercicio generalmente pensamos en hacerlo para perder peso, para definir los músculos, para agrandarlos, pero generalmente no se nos ocurre pensar en el ejercicio para mantener el equilibrio. Sin embargo, el equilibrio es muy importante por muchas razones. Sigue leyendo para que entiendas sus funciones y qué ejercicios te ayudan a mantenerlo y a mejorarlo.

La definición del equilibrio es la capacidad para mantener la posición del cuerpo sobre su base de apoyo, ya sea que la base este en movimiento o estática. Hay una gran variedad de ejercicios que son buenos para mejorar el equilibrio, ya que el equilibrio tiene que ver con muchos factores diferentes, incluyendo la visión, la audición, la propiocepción, la fuerza y la flexibilidad, entre otros. Algunas de estas capacidades se deterioran a medida que envejecemos y no podemos controlar. Un ejemplo de ello es que nuestra visión periférica no es tan buena con el pasar del tiempo. Pero por suerte, hay algunas cosas que si podemos hacer, como mejorar nuestra fuerza y flexibilidad.

¿Por qué el fortalecimiento de los músculos ayuda a nuestro balance? Por un lado, al fortalecer los músculos de la espalda mejora tu postura, y si tu postura es mejor, tu balance mejora también. Si tu cuerpo no está en la postura correcta, es más difícil mantener la posición del cuerpo sobre su base de apoyo, por lo que ya te encuentras en una situación de desventaja. Además, tendemos a perder masa muscular a medida que envejecemos, lo cual nos debilita. La investigación ha encontrado que empezamos a perder masa muscular durante nuestra tercera década de la vida. Los músculos más débiles tienen más dificultades para reaccionar a un cambio de peso que los músculos más fuertes, por lo que es más difícil de equilibrar. Por lo tanto, el fortalecimiento de los músculos ayudará a tu balance. Los ejercicios de fortalecimiento se pueden hacer con el uso de pesas, máquinas, bandas de refuerzo o el peso corporal (por ejemplo, flexiones).

¿Por qué son importantes los ejercicios de flexibilidad? Los ejercicios de flexibilidad te ayudarán a mantener el rango de movimiento de los músculos. A medida que envejecemos, tendemos a volvernos más rígidos y al estar más rígidos se nos hace más difícil reaccionar y recobrar el equilibrio cuando se produce un cambio de peso. Los ejercicios de estiramiento nos pueden ayudar a mejorar el rango de movimiento en las articulaciones y a mejorar la circulación en los músculos que ayudarán a nuestro equilibrio. Además, cuando estamos menos rígidos podemos tener una mejor postura que a su vez ayuda a tener mejor balance. Hay varias técnicas de estiramiento y una sencilla es simplemente mantener la posición del estiramiento durante 20 a 30 segundos. Es importante que sientas la extensión (la elongación o estiramiento) sin sentir ningún malestar.

No importa si estás en buenas condiciones o no has hecho ejercicio durante mucho tiempo, siempre puedes añadir algo nuevo para refrescar tu rutina.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...