Sunday, August 31, 2014

La banda sonora que le puede cambiar el cerebro (latercera)


Sus canciones preferidas lo ayudan a cambiar comportamientos y actitudes rutinarias. En el libro "La lista de reproducción que puede cambiar tu vida", dos especialistas explican cómo elegir las canciones, y cuándo y cómo oírlas.

EN UNA semana, todo vuelve a la normalidad. Otra vez los tacos, la rutina colegio-trabajo, el cansancio... Y la misma lista de reproducción en el mp3, que porque se esmeró en febrero, de nuevo tiene esa canción brasilera de moda que ya está odiando y que en marzo no resistirá. Y eso, aumentará aún más la lata y el agotamiento prematuro. 

A menos que -una humilde sugerencia- lea este artículo y descubra cómo en dos semanas de música dirigida se puede entrenar el cerebro para que no se estrese y esté enfocado. Suena a "¡lleve ya!", es cierto, pero esto tiene mucho más de ciencia y menos de comercial de TV de lo que pudiera llegar a parecer a simple vuelo de pájaro.

Para partir, lo que viene a continuación es el resultado de una investigación hecha por un neurocientista cognitivo, una neuróloga y un escritor. Ellos son los autores del libro La Lista de Reproducción que Puede Cambiar tu Vida, de reciente publicación en ese país, en el que proponen crear listas de melodías para cada ocasión en que necesitamos cambiar nuestros estados de ánimo, de esa manera se entrena al cerebro para que vincule el comportamiento a la música.

Más claro: en su Ipod puede agregar el compilado con el nombre "manejando hacia el trabajo" para llegar energizado. "Escuche de 7 a 12 minutos su lista antes y después de las tareas específicas, como el viaje hacia su lugar de trabajo. Su mente irá automáticamente a la mentalidad específica que usted desea. Los resultados estarán en 14 días y en tres meses obtendrá resultados completos", dice a La Tercera Joseph Cardillo, uno de los autores del libro.

Si está esperando que estos tres especialistas le digan específicamente qué canciones poner en su lista, está perdiendo un poco el tiempo. No hay una lista predeterminada. Depende de los gustos de cada uno. Pero, sí hay una guía básica para crear un compilado y los tres aspectos que, según los autores, puede mejorar con sus canciones favoritas. 

1.-Claves para armar su lista de música: Lo primero es buscar canciones que le gusten mucho, desde las antiguas que apenas recuerda hasta las que descubrió este verano (incluida la de ese agotador coro "nossa, nossa"). El segundo paso es reconocer en qué situaciones una canción sirve más. Así, por ejemplo, le puede gustar una melodía que lo relaja en un taco, pero le carga escuchar en el trabajo. Selecciónela. Porque según los autores, la repetición es clave. Por eso, cuando encuentre que una canción funciona; que lo pone en el estado mental que quiere, la tiene que oír muchas veces para que quede arraigada en la memoria y el cerebro lo relacione con el momento. 

El siguiente paso es armar las diferentes listas para cada ocasión y ordenarlas. La jerarquización puede ser de más lenta a más rápida, de más a menos emocionales; depende de cada cual. Lo que importa es que, según los autores, las ondas cerebrales que controlan los estados de alerta y calma, pueden modificarse a través de la música. En esos términos, si está resolviendo un problema matemático las ondas Beta -encargadas de mantenernos en alerta- suben y, consecuentemente, descienden las Alpha y Thetas, asociadas a un estado de calma. La idea es elegir una canción que ayude a equilibrar estas ondas.

2.- Playlist para aliviar la ansiedad: La dopamina es una hormona capaz de reducir los niveles de estrés mediante el aumento de la sensación de placer. En esa línea, obvio, la música placentera libera más dopamina. Pero aquí hay algunas especificaciones que vale la pena tener en cuenta. Por ejemplo, para enfocarse en una tarea puede incluir la composición Sonata para piano en do mayor, de Mozart. "Si no le gusta la música clásica, para calmarse hay que elegir canciones con menos de 100 beats (pulsaciones) por minuto", dice Cardillo, sobre una medida que en música da cuenta de un ritmo acelerado o lento. También sirven sonidos y melodías que su madre escuchaba cuando estaba embarazada de usted. Cuando ya tenga la selección de música suave, considérela para escucharla 20 minutos antes de una reunión estresante. Inmediatamente después de que termine la reproducción, ponga una canción que le suba el ánimo. Así estará tranquilo y con energía.

3.-Playlist para estar alerta: Los pulsos o beats por minutos (bpm) pueden acrecentar nuestra alerta. Así, para aumentar el nivel de atención, tiene que elegir canciones que tengan más de 100 beats por minuto. ¿Sugerencias? La canción Lady Madonna, de The Beatles, tiene 110 bpm, y Jailhouse Rock, de Elvis Presley, 171.

Ahora, si a lo que escucha le agrega baile, mejor, porque la combinación movimiento y sonido hace que se eleven los efectos de la música en su mente. Por eso, si es de los que salen a trotar, elija canciones que tengan entre 150 a 175 beats. Lo ideal para mejorar la alerta es que el primer track tenga 100 (bpm) y después se eleven a 130. Y ahora, lo mejor es que alterne de siete a 10 minutos música de bajo bpm con tres minutos de altos beats.

4.-Playlist para mejorar la memoria

Ya sabe que escuchar música y bailar es más eficiente. Lo que no sabe es que la combinación de ambos es lo más efectivo para traer de vuelta algunas habilidades de la memoria en pacientes de parkinson, según expone el libro. 

Por eso mismo, a modo de ejercicio elija una canción de buen ritmo y que le traiga recuerdos placenteros. Escúchela varias veces y repita esos recuerdos. Cuantas más áreas del cerebro utilice al recordar, mejor será su habilidad. Por eso es bueno agregar detalles visuales, tacto o emoción. Además, lea y memorice el texto sin música. Así el cerebro empezará a recordar más rápidamente.


Promiscuo (Vocabulario)

Promiscuo,cua

  1. adj. [Persona] que mantiene relaciones sexuales con varias personas.
  2. Mezclado confusamente y sin orden:
    forman una comunidad promiscua en cuanto a nacionalidad,raza y religión.

Promiscuo

  • revuelto, heterogéneo, confuso, mezclado, entreverado, ambiguo, impreciso
    • Antónimos: homogéneo
 

Sunday, August 24, 2014

Libido (Wikipedia)


Libido /lɨˈbd/, and colloquially sex drive, is a person's overall sexual drive or desire for sexual activity. Sex drive is determined by biological, psychological, and social factors. Biologically, levels of hormones such as testosterone are believed to affect sex drive; social factors, such as work and family, also have an impact; as do internal psychological factors, like personality and stress. Sex drive may be affected by medical conditions, medications, lifestyle and relationship issues. A person who has extremely frequent or a suddenly increased sex drive may be experiencing hypersexuality, or puberty in which the body builds up chemicals and causes a higher sex drive. However, there is no universally agreed measure of what is a healthy level for sex. Asexual people may lack any sexual desires.

A person may have a desire for sex, but not have the opportunity to act on that desire, or may on personal, moral or religious reasons refrain from acting on the urge. Psychologically, a person's urge can be repressed or sublimated. On the other hand, a person can engage in sexual activity without an actual desire for it. Multiple factors affect human sex drive, including stress, illness, pregnancy, and others.[1]

Sexual desires are often an important factor in the formation and maintenance of intimate relationships in both men and women, and a lack or loss of sexual desire can adversely affect relationships. Changes in the sexual desires of either partner in a sexual relationship, if sustained and unresolved, may cause problems in the relationship. The infidelity of a partner may be an indication that a partner's changing sexual desires can no longer be satisfied within the current relationship. Problems can arise from disparity of sexual desires between partners, or poor communication between partners of sexual needs and preferences.[2]



El ejercicio aeróbico y el ejercicio anaeróbico: ¿Son realmente diferentes? (vidaysalud.com)

 
Aunque suena como un juego de palabras, sí son dos tipos de ejercicio diferentes. Además, si haces ejercicio frecuentemente, seguramente ya forman parte de tu rutina sin que lo hayas notado. Sigue leyendo para que te enteres.
 
Los ejercicios aeróbicos son el tipo de ejercicio más conocido, o por lo menos cuyo nombre escuchamos más frecuentemente. Sí, son lo mismo que las clases de aeróbicos que dictan en el gimnasio o en los parques de tu ciudad; y también son lo mismo que los ejercicios cardiovasculares que recomendamos los médicos y los gimnasios. Pero, ¿qué son realmente? La explicación está en su nombre: aeróbico quiere decir “con oxígeno”. Esto significa que son ejercicios que están diseñados para aumentar la circulación de oxígeno en tu cuerpo.

¿Cómo lo hacen? Muy sencillo. La principal característica del ejercicio aeróbico es que se hace de forma moderada pero continua. Así tu ritmo cardíaco aumenta haciendo que tu corazón bombee con más fuerza la sangre por todo tu cuerpo oxigenándolo. También por ese motivo son ejercicios buenos para la salud del corazón, para la circulación y para los pulmones. Se recomienda que muevas los grupos de músculos largos sin hacer demasiada fuerza, para que puedas durar bastante tiempo haciendo este ejercicio con el fin de calentar el cuerpo, sudar y quemar calorías.

Todo eso sucede cuando haces los aeróbicos en los que trotas y saltas durante media hora, o te vas a la zona cardiovascular del gimnasio a usar la trotadora, la bicicleta o la máquina elíptica. El caminar, trotar, montar bicicleta, bailar, remar, nadar, esquiar… también son ejercicios aeróbicos.

Los ejercicios anaeróbicos, son lo contrario. Como su nombre lo dice, son ejercicios “sin oxígeno”. ¡Pero eso no quiere decir que debes hacer estos ejercicios sin respirar! Ese nombre significa que el objetivo de estos ejercicios no es el de oxigenar tu cuerpo, y por lo tanto no están enfocados a aumentar tu ritmo cardíaco. Al contrario, estos ejercicios están diseñados para fortalecer tus huesos y tus músculos, y tonificar tu cuerpo.

¿Cuáles son? Nada más y nada menos que los ejercicios de fortalecimiento, especialmente los que incluyen pesas, y los ejercicios de flexibilidad, como estiramientos (“stretching” como se le llama en inglés), abdominales, Pilates, yoga, tai chi, etc. Al hacer estos ejercicios tienes que hacer un esfuerzo muscular y corporal más fuerte en un tiempo más corto y de una forma más lenta; y puede ser que no te hagan sudar tanto, pero tus músculos y tus huesos sí sentirán el esfuerzo.

Aunque son dos tipos de ejercicio diferentes, ninguno es mejor que el otro. Por eso es importante incluir ejercicios aeróbicos y ejercicios anaeróbicos en tu rutina diaria, pues los dos cumplen objetivos completamente diferentes que hacen que tu actividad física sea integral.

Por ejemplo, cuando haces una clase de aeróbicos en el gimnasio, es muy común que la primera parte sea puramente de ejercicios aeróbicos, pero que al final terminen con una tanda de ejercicios anaeróbicos haciendo estiramientos de los músculos antes de que se enfríen. O cuando tienes una rutina de levantamiento de pesas, generalmente es importante que hagas 30 minutos de ejercicio cardiovascular para calentarte antes de trabajar directamente con tus músculos.

Sin embargo, cuando tienes un objetivo específico que quieres lograr, es mejor que insistas más en un tipo de ejercicio que en otro. Si quieres bajar de peso o mejorar tu salud cardiovascular, lo mejor son los ejercicios aeróbicos. Y si lo que quieres es tonificar tu cuerpo y desarrollar músculos, lo mejor son los ejercicios anaeróbicos.

Tu médico o el instructor del gimnasio sabrán recomendarte cuál es el tipo de ejercicio que más te conviene para lograr lo que deseas.


Cómo perder peso y no volver a ganarlo (BBC)


"Sólo se vive una vez", solía decir Helen Whewell, una británica que estaba en la categoría de obesa mórbida. "Hay que disfrutar de las cosas buenas de la vida", era su filosofía a la hora de comer.


Pero cuando desarrolló una grave enfermedad cardíaca y le dijeron que su peso era un riesgo para su vida, ella y su familia finalmente decidieron que la situación había llegado al punto de "dieta o muerte".

Con la ayuda de Sioned Quirkel, una dietista especializada, resume así para la BBC lo que en su experiencia resulta efectivo a la hora de perder peso.

Olvídese de las dietas yo-yo


Muchos tenemos sobrepeso y tratamos de perder kilos. Pero más de la mitad de los que se ponen a dieta vuelven a ganarlos.


A mí me negaron tratamientos médicos importantes hasta que perdiera una cantidad considerable de peso.


Había estado más delgada antes, pero necesitaba encontrar la manera de perder peso y no volver a engordar.


¿Cómo dejar las dietas yo-yo?


Aunque uno debe pedirle consejos personalizados a un profesional de la salud, he aquí algunos métodos que me sirvieron.

Compenétrese


Pesa
¡Deje el miedo y enfrente la realidad!


Aunque la tentación es evitar que a uno lo pesen, estar ciego a la realidad no ayuda a perder kilos.


Súbase a la pesa


Yo le tenía pavor a que me pesaran pero es la única forma de saber cuánto hay que perder y, después, cuánto se ha perdido. El sólo bajar 5 a 10% de peso ya trae un beneficio significativo para la salud.


Póngase una meta


No se trata sólo del peso al que le apunta, sino también la razón por la cual quiere alcanzarlo. Cambiar su dieta y estilo de vida traerá beneficios adicionales. Si los escribe, le servirán de motivación cuando la necesite.


Pueden ser sentirse más seguro de sí mismo o evitar problemas de salud asociados con el sobrepeso. O quizás volver a usar una prenda favorita o jugar con sus hijos o nietos.


Incluya a su familia


Helen Whewell
El sobrepeso que cargaba Helen Whewell estaba poniendo en riesgo su vida.


Asegúrese de que la gente más cercana sea su mejor aliada. Pídales que se ocupen de la cena, mientras va a hacer ejercicio. Y que no se quejen cuando la nevera ya no esté llena de tentempiés cargados de calorías. Habrá momentos difíciles cuando su fuerza de voluntad podría fallarle pero tener cerca a alguien que le apoye ayudará.


Premios


Establezca unas minimetas en el camino a la meta final y dese premios cuando las alcance.

Asegúrese de que los premios no son alimentos pues eso refuerza el poder que puede tener la comida en nuestras vidas.


Eche al crítico


Todos somos nuestros peores críticos pero eso tiene que cambiar. Cierto, usted es una persona con sobrepeso, pero está haciendo algo al respecto. Y recuerde: la perfección no existe así que no se critique por darse un gusto de vez en cuando: lo que importa es la moderación.

Manténgase activo


Danza del vientre
Ir al gimnasio no es la única manera de hacer ejercicio.


Me aterraba la idea de ir a un gimnasio... sencillamente sentía que no pertenecía a ese ambiente.


Necesitaba encontrar algo con lo que me sintiera cómoda.


Yo tengo un empleo sedentario así que lo que empecé a hacer fue caminar unos 20 minutos en mi hora de almuerzo.


Luego, descubrí una clase de danza del vientre cerca de casa y voy cada miércoles. No importa si no me sé todos los pasos, es una clase tranquila, divertida y definitivamente nos hace sudar.


Así empecé a sentir un poco más de confianza en mí misma y lista para ir al gimnasio.

Lo que aprendí es que si uno va poniéndose en forma de a poquitos, encuentra lo que se ajusta más a su personalidad y empieza a disfrutarlo.

No deje que el hambre le venza


El hambre puede ser uno de los asuntos más difíciles con los que va a tener que lidiar y quizás va a tener que aprender a adquirir hábitos nuevos de comida.


He aquí siete consejos que pueden ayudar.


1. Mantenga suministros saludables


Contenido de la nevera


Asegúrese de que tiene a mano tentempiés saludables pero deshágase de toda la comida chatarra que tiene poco o ningún valor nutricional.


2. Compre inteligentemente


Planee lo que va a comprar y no olvide incluir cosas saludables que le gusten mucho. Nunca vaya al mercado con el estómago vacío. Siempre lleve una lista y no se deje lleva por la tentación.


3. Manténgase hidratado


Tome mucha agua. Uno puede sentirse hambriento cuando lo que realmente está es sediento, así que tome unos dos litros de fluidos al día.


4. Distráigase


Un antojo no dura mucho tiempo. Distráigase por unos 15 minutos y pregúntese: ¿realmente necesito comerme eso? ¿Vale la pena?


5. Déjese llevar por la nostalgia


Busque fotos de cuando estaba más contento con su peso y ponga alguna en la nevera. Escríbase también notas de aliento.


6. No coma por consuelo


Aprenda a reconocer cuando su hambre es una señal de otra cosa, como estrés o fatiga. Comer por razones emocionales puede llevar a un círculo vicioso así que busque otras maneras de lidiar con ese tipo de problemas.


7. Dígale 'no' a soluciones temporales


Si quiere perder peso y no volverlo a ganar, tiene que cambiar su forma de pensar: es un estilo de vida a largo plazo. Es normal fallar ocasionalmente en el camino pero no se dé por vencido completamente.

¿Cuál es su debilidad?


Perder peso es difícil y todos tenemos nuestro propio "talón de Aquiles". ¿A cuáles de estos le queda más difícil renunciar?


Alcohol

Vino


Evite tener trago en la casa y use el dinero que se ahorre para comprar algo que realmente le guste.


Comer afuera


Restaurante


Perder peso significa moderación así que si usted realmente quiere darse un gusto, incorpórelo a su estilo de vida saludable: no tiene que renunciar a todo.


El sofá

Gimnasio


Si la idea de ir al gimnasio le hace sudar, busque alternativas como caminar, montar bicicleta, consolas de juegos activos o equipo de ejercicio en casa.


Cocinar e invitar amigos


Utensilios de cocina felices


Encuentre versiones más saludables de la comida que le fascina y experimente con cosas como kebabs de frutas en vez de pasteles.

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