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Saturday, December 15, 2012

Lo que nos pasa por dentro

El último libro de Eduardo Punset pretende analizar la realidad humana con optimismo y rigor científico

 En 'Lo que nos pasa por dentro' (Destino), Eduardo Punset analiza la realidad humana a partir de las nueve grandes etapas de la existencia, desde que nacemos hasta que morimos, pasando por el enamoramiento, el trabajo y la enfermedad. Las dudas que atenazan al hombre a lo largo de su vida se reducen al miedo a cambiar y a la resistencia a entender cómo es el otro y cómo funcionamos por dentro. El libro pretende ser una guía optimista reforzada por la rigurosidad de los conocimientos científicos. En él se recogen decenas de consultas atendidas durante los dos últimos años por los profesionales de Apoyo Psicológico Online de la Fundación Eduardo Punset. 'Lo que nos pasa por dentro' está a la venta desde este martes 18 de septiembre. Reproducimos un fragmento del capítulo titulado "Cuando crecemos. La adolescencia y sus crisis".


La diferenciación sexual

Uno de los territorios de la experiencia que más inquietud y quebraderos de cabeza genera en los adolescentes es el que tiene por principio y fin la sexualidad en toda su dimensión. Y no es casual. En estos críticos años asistimos a la tercera gran etapa de diferenciación sexual entre hombres y mujeres que tiene lugar en la vida. De las dos anteriores es imposible que tengamos memoria. La primera ocurrió en la octava semana de nuestra vida fetal. En ese germinal momento de gestación, los diminutos testículos de los futuros bebés varones empiezan a generar grandes cantidades de testosterona que inundan los circuitos cerebrales del feto hasta transformar lo que hasta ese instante había sido un embrión femenino -la forma biológica por defecto que se da en la naturaleza- en otro masculino. Los neurólogos llaman «pubertad infantil» al segundo cruce de caminos sexual que afrontamos en nuestra vida: durante los primeros seis meses, los bebés varones vuelven a segregar mucha cantidad de testosterona, mientras las futuras niñas empiezan a liberar estrógenos, algo que estarán haciendo hasta los dos años. No es desatinada la etiqueta que dan los cientí?cos a esta etapa, pues lo que sucede en ella tiene mucho que ver con la revolución sexual que va a tener lugar entre los nueve y los quince años de vida. Así como aquella lluvia de testosterona fetal había logrado doblar el tamaño de la zona del impulso sexual en el cerebro de los futuros bebés varones, en la pubertad adolescente se produce una serie de descargas hormonales que van a terminar por alejar de?nitivamente a chicos y chicas a través de sus diferentes expresiones sexuales, curiosamente, mientras hacen atractivos a unos a los ojos de las otras, y viceversa.

Las consecuencias las conocemos de sobra. Paulatinamente, los chicos empiezan a notar que les cambia la voz, les sale vello donde antes había una piel diáfana, sus facciones se masculinizan, su musculatura se desarrolla y se lanzan, sin saber cómo ni por qué, a tener fantasías sexuales y pulsiones genitales que hasta ese momento desconocían. Las adolescentes experimentan parejas metamorfosis, aunque en sentido femenino, y nace en ellas un repentino interés por el acicalamiento y la coquetería para aparecer atractivas a ojos de los varones. Con frecuencia, padres y tutores se inquietan al sopesar el influjo que los medios de comunicación y el imaginario cultural juvenil puedan estar ejerciendo para potenciar la emergencia de esta curiosidad sexual. Les recomiendo que se relajen y dejen a la naturaleza actuar, pues este furor no es aprendido, ni está condicionado externamente, sino que acontece de forma natural y de modo parecido en todas las regiones y culturas del planeta. Responde a un impulso interior. Ni ellos se ven atraídos por ellas porque lo vean en las películas, ni a ellas les da por coquetear porque lo recomiende la amiga más espabilada de la pandilla. Si viajamos al reverso neurológico de este fenómeno encontraremos un cúmulo de transformaciones que, en muy poco tiempo y con gran ímpetu, van a hacer morfológicamente diferentes los cerebros masculinos y femeninos. Si ya el día de nuestro nacimiento llegamos al mundo con una estructura neuronal distinta entre bebés varones y hembras, esos matices se van a profundizar en este tiempo de metamorfosis.

En el caso de los chicos, la testosterona es el principal combustible que anima el proceso del cambio. Entre los nueve y los quince años, los testículos de los varones aceleran la generación de esta hormona hasta aumentar en un 250 por ciento su caudal en sangre. Louann Brizendine, neuropsiquiatra de la Universidad de California y experta en la influencia que tienen los factores sexuales en el cerebro humano, describe esta transformación de manera muy gráfica: «Es como si el niño de nueve años tuviera una jarra de cerveza de testosterona, pero a los quince acabara portando tres o cuatro litros», compara. En el caso de las chicas, también la testosterona, pero sobre todo el estrógeno, es lo que causa los cambios.

Al final de ese viaje, el cerebro femenino y el masculino van a contar con fisiologías marcadamente diferentes. En los chicos, el área preóptica medial, que es una zona del hipotálamo relacionada con el impulso sexual, llega a crecer 2,5 veces más que en las chicas. En esta parte del cerebro se encuentra también el área premamilar, llamada área de defensa del cerebro, que contiene circuitos neuronales vinculados con la alerta ante amenazas territoriales, y que está más desarrollada en los machos. La amígdala, que detecta el miedo y actúa como un sistema de alarma contra amenazas y peligros, es también más grande en los varones.

Por el contrario, el cerebro de las chicas cuenta con otras regiones más activas y desarrolladas, y una de ellas es la zona de unión temporoparietal, asociada a la empatía y el procesamiento de las emociones. De igual modo, en ellas hay una mayor presencia de neuronas espejo, necesarias para interpretar la carga empática de las personas con las que tratamos. Según Brizendine, mientras las zonas del cerebro destinadas a la actividad sexual y la agresividad son mayores en los varones, las mujeres disponen de un sistema neuronal mejor preparado para procesar la empatía emocional. Pero hay más diferencias: las actuales técnicas de neuroimagen utilizadas para espiar el cerebro mientras trabaja han permitido constatar que unas y otros hacemos funcionar este maravilloso órgano de forma distinta cuando nos enfrentamos a una tarea. Así, según confirma Simon Baron-Cohen, catedrático de psicopatología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), las mujeres tienden a utilizar ambos hemisferios a la vez y muestran señales de actividad bilateral mientras hablan o escuchan. En cambio, los hombres usan preferentemente un solo hemisferio cuando realizan esas actividades. Precisamente, el izquierdo, que es el hemisferio relacionado con el pensamiento lógico y las matemáticas. No ha de extrañarnos pues, que en las universidades la diferencia entre sexos sea tan grande en función de las distintas disciplinas académicas. El propio Baron-Cohen ha calculado que, de media, en las universidades hay trece chicos por cada chica en las carreras matemáticas, pero esta desproporción es imposible que sea cultural, pues se da de forma parecida en países muy distantes entre sí. Los varones parecen estar mejor preparados para todo lo que tiene que ver con la mecánica y la ingeniería intuitiva y las mujeres con las lenguas. Helena Cronin, experta en darwinismo y evolución humana de la London School of Economics, encuentra diferencias de actitud asociadas a esta variabilidad de vocación intelectual: «A los hombres les gustan las cosas y a las mujeres las personas», describe.

El cerebro tiene sexo y hoy sabemos que gran parte de esa diferenciación sexual se desarrolla en la adolescencia, una época en la que tiene lugar un gran aumento de sinapsis entre las dendritas de las neuronas, al tiempo que desaparecen conexiones establecidas en la infancia que habían dejado de ser utilizadas. Este proceso, aparte de ser diferente entre hembras y varones por sus particulares morfologías, no dura el mismo tiempo en ambos casos: mientras la maduración neuronal de las chicas tiene lugar en poco tiempo, los varones van más lentos y están evolucionando durante bien entrada la juventud, sin llegar a alcanzar su plenitud hasta los 22 o los 25 años. Hablamos de una adolescencia muy larga, en la que suceden muchos más acontecimientos de los que vemos por fuera.

Mi hija está dominada por su novio


Tengo una hija de catorce años en plena revolución hormonal. Por lo general es una niña muy sensata, pero últimamente sale con un chico de diecisiete años que no me gusta: bebe, toma drogas, es mentiroso... Me han comentado que se medica, ya que sufre de trastorno bipolar. Siempre que está con él, ella llega cambiada, como si no fuera dueña de sus actos. Incluso nos amenaza. No sé cómo actuar, veo que estoy perdiendo a mi hija y necesito que me aconsejéis. He hablado con ella sobre el tema de manera tranquila, y entonces sí me da la razón, pero en cuanto lo ve se transforma. ¿Cómo actúo ante esta situación?
(septiembre de 2010)

Responde: Gabriel González
Has dado un paso muy grande al crear un espacio de confianza en el que tu hija pueda acudir cuando te necesite. Es importante esperar, ya que si ves la actitud de tu hija inapropiada, querrás controlarla y estar muy pendiente de ella. Esto provocará mayor desconfianza por su parte, lo que la llevará a seguir mostrando actitudes que no te gustan, y en ti crecerá el deseo de controlarla más. Por otra parte, si te sientes angustiada, pídele consejo a tu hija sobre cómo puedes actuar, teniendo claro que hay cosas que como padres no podéis permitir, pues sólo tiene catorce años. A partir de aquí, has de ofrecerte para que acuda a ti si en algún momento necesita ayuda. Lo importante es que tenga la sensación de que, si se mete en cualquier lío, podrá acercarse a vosotros con confianza, y no para escuchar un reproche, ya que entonces dejará de acudir a vosotros y buscará consuelo en otros.

Prefiero las relaciones con hombres mayores que yo


Tengo veinte años y sólo me gusta salir con hombres que me llevan diez años o más. Hace poco tuve un romance con uno de cuarenta, que fue breve, pues lo terminé al sentir que yo a él no le importaba en realidad. Mi problema es que sólo me gustan los hombres mayores. Me atrae su físico y la manera como hablan y sienten. Sólo con ellos me siento feliz en el sexo y en la vida. Mi madre y mis amigos me critican, ya que aún soy muy joven, pero no lo puedo evitar, aunque soy consciente de que esto no es bueno a la hora de buscar una pareja. ¿Tengo un problema? ¿Cómo puedo tratarlo?
(noviembre de 2011)

Responde: Rosa Català
La elección de un proyecto de vida propio sólo tiene posibilidad de éxito si se hace con libertad y responsabilidad. Para conseguirlo, es necesario hacer un verdadero trabajo de artesanía con uno mismo, analizar nuestro itinerario y razones con serenidad, y no dejarnos llevar por las comparaciones u opiniones ajenas. Intentar ser como los demás es un camino estéril. Ser congruentes exige coraje y algunas veces ir a contracorriente, pero nos permite vivir una vida basada en criterios personales, arraigar en nuestro fondo interno, que al fin y al cabo es el que nos sitúa en la perspectiva justa ante la realidad. Las creencias y normas con las que vivimos pueden ser potenciadoras o limitantes. Para un funcionamiento óptimo de las relaciones amorosas es básico tener construida una buena autoestima. Ser generosos con nosotros mismos nos predispone a amar y ser amados. Si eliges como pareja a personas con más edad, piensa que es porque te compensa, y esto en principio no representa ningún conflicto. Al contrario, está más cerca de una existencia con un sentido claro en objetivos.

Mi madre no acepta la orientación sexual de mi hermana


Tengo una hermana que sabe que es homosexual desde los quince años. Yo he vivido junto a ella todas sus dudas. Ahora, a los dieciocho, ha comenzado una relación estable con una chica y se lo ha contado a nuestros padres. Como ambas esperábamos, no se lo han tomado bien. Hemos pasado una temporada muy mala, de broncas constantes. Ahora, siete meses después, mi padre parece llevarlo con algo más de naturalidad, pero mi madre sigue sin aceptarlo. Asegura que no es feliz por culpa de mi hermana, que tener una hija lesbiana es una de las peores desgracias que le podían ocurrir, y que nunca podrá aceptarlo. Yo ya no sé qué hacer. Suponía que mis padres necesitarían un periodo de adaptación para asumirlo, porque la suya es otra generación y ambos vienen de familias bastante tradicionales. Pero la situación empieza a ser insostenible: mi madre se niega a hablar del tema y mi hermana tiene cada vez más ganas de irse de casa.
(octubre de 2011)

Responde: Gabriel González
Comunicar una orientación homosexual no resulta fácil, y menos a unos padres que, en principio, no van a entender dicho proceso siendo tan tradicionales como dices. Sin embargo, todo es cuestión de adaptación, y poco a poco irán aceptándolo. Ese proceso requiere su tiempo y unas estrategias que posibiliten dichos pasos. El modelo de Kübler-Ross sobre el duelo permite conocer las etapas por las que se pasa para llegar a la aceptación de una muerte. Esto mismo podemos aplicar a la aceptación de una noticia así. Lo que podemos hacer es entender que van a sucederse dichas fases y que podemos agilizarlas. Un primer paso para conseguirlo es ofrecer información sobre la orientación sexual. A continuación, actuar con total naturalidad. Se trata de mostrar que ésa es la orientación sexual y no el conjunto de características de tu hermana. Tiene otras capacidades que la hacen especial y única. Eso es lo que debéis hacer entender a tu madre. Dentro de esas características personales, tu hermana ha aprendido unos valores y unos comportamientos que provienen de lo que os han enseñado vuestros padres. Se trata de no ponerse a la defensiva y asumir que todo lo que sois proviene de vuestros progenitores, gracias a los cuales sois unas personas luchadoras, responsables y capaces.

¿Es mi amiga o me gusta?


Acabo de cumplir veinte años y nunca he tenido novio, pero siempre he sabido que soy heterosexual. Al menos lo sabía hasta hace poco. Hace unos meses empecé a estudiar en un colegio sólo de chicas e hice una buena amistad con una compañera. El problema es que empecé a obsesionarme con ella. Me molestaba que hablara con el resto de chicas y quería que me prestara más atención a mí. No podía quitármela de la cabeza. Incluso perdí el apetito. Era como si estuviera enamorada de ella, pero en ningún momento pensé eso, sólo quería tener una amiga en una clase en la que no conocía a nadie. Al tiempo, nuestra relación se afianzó, nos hicimos más amigas y ella me confesó que era lesbiana, y que tenía novia. Ahora estoy más relajada, porque siento que me quiere mucho como amiga y ya no temo perderla. Pero a veces creo que me gusta realmente, que podría tener una relación amorosa con ella, y que si no tuviera novia lo intentaría. ¿Soy lesbiana entonces? No me atrae ninguna otra chica, me gustan los hombres. ¿Será que sólo pienso esas cosas porque ella es lesbiana?
(agosto de 2011)

Responde: Noelia Sancho
Por lo que cuentas, parece que sentiste emociones hacia tu amiga que no sabías identificar, y que pueden deberse más a tu necesidad de caer bien que al enamoramiento. Piensa que enamorarse implica una ilusión por alguien que se parece a la que se tiene por un proyecto muy deseado, pues desencadena emociones y mecanismos quí- micos parecidos. Es un estado en el que sólo piensas en tu objetivo, te obsesionas y dejas otras cosas de lado. Se desencadenan también procesos químicos y fisiológicos, ya que el amor es un estado físico en el que baja la serotonina, y suben la feniltilamina, la dopamina y la endorfina, lo que nos lleva a realizar acciones inusuales. Dices que sientes que en realidad te atraen los hombres, por lo que tu orientación parece clara. No obstante, muéstrate abierta a que esas sensaciones de atracción evolucionen y cambien, no por este episodio, sino para que evites prejuzgarte. Disfruta de tu relación actual de amistad y deja fluir tu orientación y gustos sexuales, para poder disfrutar más de ellos en vez de preocuparte.

Fuente:  http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/3747/Lo_que_nos_pasa_por_dentro

Wednesday, October 31, 2012

La Fragmentación Interior (laguia2000.com)

 
Hasta ahora hemos visto que la revolución social no ha producido en ningún lugar del mundo un cambio fundamental en el hombre.

Si deseamos un verdadero cambio en la sociedad es necesaria una revolución interior.

En una sociedad corrupta, como sabemos que existen, tiene que haber cambios, pero si el hombre individual sigue siendo corrupto en su actividad, trascenderá cualquier forma de sociedad que se instale, por perfecta que sea.

Creemos que no es posible cambiar y entonces, aceptamos las cosas como son y es así como nos volvemos deprimidos y confundidos. Sin embargo cambiar es posible sin demasiado esfuerzo y sin violencia.

Si somos conscientes a cada momento del día, de la hipocresía, de las contradicciones, de los engaños, a la noche no tenemos que hacer balance alguno. En nuestro cerebro, que registra todo, no quedará ningún residuo que nos inquiete y que no nos deje dormir, por lo tanto cada uno de nosotros estará produciendo orden, porque los procesos mentales del día han sido resueltos tal cual son, sin dejar nada pendiente para interpretar o cambiar; y ya no quedará lugar para analizar nada, porque el análisis no es la salida.

Cuando sufrimos un dolor, ese dolor se registra si lo asociamos con experiencias del pasado que nos han hecho sufrir y cuando vuelve a producirse lo seguimos registrando y ese recuerdo continúa.

En cambio, si ese dolor lo observo de modo completo como algo nuevo, no se registrará como una herida, como cuando lo comparo con mis pensamientos, ya que de esa manera me sentiré herido por el resto de mi vida.

Cuando estamos completamente atentos a cada experiencia y la observamos, desaparece el conflicto.

El pensamiento salta de un tema a otro, interpretándolo, analizándolo, modificándolo, porque pensar es recordar conocimientos, experiencias del pasado; por lo tanto no es libre.

Ese pensamiento proyecta desde el ayer lo que debería ser el mañana, sin ver el hoy, y entonces hay conflicto.

Cuando nos ocurren experiencias felices queremos repetirlas porque nos produjeron placer, por lo tanto nos aferramos al pasado y planeamos para el futuro. De esa manera es imposible ver lo nuevo.

El miedo surge entonces, por las experiencias del pasado y pensar en ellas alimenta el miedo. El suceso pudo haber terminado pero seguimos cargándolo a cuestas al pensar en él.

Por lo tanto, el pensamiento alimenta tanto el placer como el dolor y se torna completamente irracional.

Nosotros nos hemos vuelto conciencias fragmentadas. Un yo que desea lo que todos desean y otro yo diferente que somos nosotros mismos.

Vivir cada momento con la mente completamente libre de cualquier forma de resistencia, nos permite ver las cosas tal cual son, no comparando, no analizando, no interpretando en función del pasado. De esa manera la vivencia se convierte en algo mucho más importante que la experiencia.


Monday, September 3, 2012

Tratamiento del Insomnio (laguia2000.com)


Es un serio trastorno el insomnio

Dormir es una necesidad fisiológica y por lo tanto necesaria, el sueño restaura nuestro cuerpo y nuestra mente y la falta de sueño puede producir trastornos serios.

Más de la mitad de la gente duerme entre seis y ocho horas, por la noche, del resto, la mayoría duerme más horas y apenas el cuatro por ciento duerme menos. No se registra ningún caso de alguien que no haya dormido nunca en su vida.

Las mujeres sufren insomnio más que los hombres y suelen tomar somníferos en mayor proporción.

No solamente necesitamos dormir sino que también nos hace falta soñar. Los sueños y el dormir son funciones que todavía no se han llegado a conocer bien. Se supone que los sueños son los encargados de equilibrar las situaciones que quedaron pendientes durante el día y que son deseos inconscientes que se expresan a través de símbolos, pero aunque existe evidencia en la práctica, son teorías que todavía no han sido comprobadas científicamente.

El sueño posee un ritmo biológico armónico con la naturaleza y es un estado de conciencia que cambia la química del cerebro.

La falta de sueño produce fatiga, irritabilidad y falta de concentración, si perdura en el tiempo ocasiona desde desorientación física y mental hasta ilusiones y alucinaciones, falta de coordinación, debilidad en los músculos, visión defectuosa y trastornos del habla.

Una cuarta parte de la población norteamericana toma pastillas para dormir, a juzgar por las recetas de hipnóticos y sedantes que hacen los médicos.

Las causas más comunes de insomnio son el nerviosismo, la preocupación y la ansiedad y dentro de las psicopatologías el insomnio es uno de los síntomas característicos de la depresión.

Todos los remedios médicos para tratar el insomnio producen tolerancia a la droga, quiere decir que después de un tiempo ya no resultan efectivos.

La realidad es que cuando no podemos dormir es debido a nuestros pensamientos negativos sobre algo que ya ocurrió o por algo que tal vez jamás ocurrirá.

La gente feliz y contenta que puede dar amor, difícilmente sufrirá de insomnio, por lo tanto, como primera medida, si queremos recuperar el sueño deberemos cambiar los patrones de pensamiento que no son sanos y cambiarlos por otros más saludables y positivos.

Los que tienen sentimientos de culpa, tienen resentimientos o rencores o se sienten desdichados, suelen perder el sueño o tener un sueño intranquilo. 

Perdonarse a si mismo y perdonar todo y a todos, asegura un buen dormir.

Las técnicas de relajación y concentración son muy efectivas para el insomnio. Una vez acostados hay que tratar de relajarse de cabeza a pies y luego prestar atención a la propia respiración normal hasta lograr liberarse de todo pensamiento.

No es recomendable tener el televisor en el dormitorio porque puede afectar el sueño; y tampoco es beneficioso acostarse con el estómago lleno ya que se logra un mejor descanso si esperamos para ir a dormir dos horas después de comer.

El biorritmo nos indica que la mejor hora para ir a la cama son las once de la noche; porque entre las 22,30 y 23 horas, el cuerpo se prepara químicamente para dormir; después de esa hora, si no nos hemos acostado, el cerebro segrega sustancias para mantenernos despiertos y recién a las dos de la madrugada vuelve a prepararse el cuerpo para el sueño.

El organismo tiene un sistema de autorregulación que tiende al equilibrio y para mantener el cuerpo saludable, debemos acompañar con nuestra intención la ley natural que rige todos los procesos fisiológicos del organismo.

Las flores de Bach para el insomnio son las siguientes:

Verbain – Para el que se despierta a la madrugada con muchos pensamientos
White Chestnut – Para la rumiación que impide conciliar el sueño
Impatiens – Para el sueño superficial que hace que nos levantemos cansados.
Agrimony – Para el que no se va a dormir porque tiene dificultad para conciliar el sueño.
Tomar 4 gotas de 4 a 6 veces por día.

La Enfermedad, las emociones y la mente (laguia2000.com)

"Hay que aprender a ver la importancia de la mente y la emoción en la afección"

El Dr. Eugenio Zampini, médico argentino, cirujano, escribió un libro, editado en 2008, titulado “De cirujano del cuerpo a cirujano del alma” que debería ser de lectura obligatoria para todos aquellos empeñados en deambular de consultorio en consultorio buscando la solución de sus problemas de salud.

Zampini, gracias a una dolencia que lo afectó en pleno ejercicio de su profesión como cirujano, hace casi veinte años, pudo tomar conciencia de la relación entre las emociones, la mente y las enfermedades.

Comenzó sintiendo un adormecimiento en su brazo izquierdo y otras serias manifestaciones que le producían contracturas en todo el brazo, que le entorpecían seriamente su trabajo como cirujano.

Le diagnosticaron una hernia de disco en la zona cervical y la recomendación de todos los especialistas que lo atendieron fue unánime, debería someterse a una cirugía para que pudieran extraerle el disco que presionaba al nervio.

A pesar de ser cirujano, este diagnóstico lo sumergió en un estado depresivo mezclado con rabia y miedo.

Consultó al director del Hospital Churruca de Buenos Aires, quien lo puso en contacto con otro médico del citado hospital que practicaba acupuntura.

Hasta ese momento, el Dr. Zampini tenía una postura tomada con respecto al arte de curar, basada enteramente en el concepto de que la mayoría de las enfermedades se resuelven por medios quirúrgicos; y no reconocía los valores de la medicina alternativa.

Sin embargo, sabe reconocer que cuando se trató de una afección que comprometía su propia salud, se mostró dispuesto a probar esa posibilidad, poniéndose en manos del Dr. Pedro Oriolo.

Debía someterse a un tratamiento de acupuntura dos veces por semana y además sanar su mente; porque para curar el cuerpo primero hay que sanar el alma.

Esa experiencia le abrió la mente por primera vez, que luego lo llevó a profundizar teóricamente sobre este tema a la vez que iba sintiendo los efectos en su mismo cuerpo.

Este proceso permitió al Dr. Zampini entender la información que le brindaba su enfermedad y a escuchar su mensaje que lo obligó a cambiar su vida para siempre; y aunque la hernia de disco aún permanece en su columna no volvió a sentir más ninguna molestia.

Para que esto se hiciera realidad, tuvo que hacer muchos cambios; en su forma de ser, en su forma de pensar, y revertir su tendencia a la negatividad y a las emociones enfermas.
Diferentes profesionales lo ayudaron en esta empresa para lograr restablecer la armonía de su cuerpo y de su mente.

El Dr. Zampini no renuncia de ninguna forma de la medicina tradicional sino que trata de complementarla porque se ha dado cuenta que ningún conocimiento es absoluto por si mismo, como él había llegado a convencerse.

Su filosofía ha cambiado y hoy también implementa el mismo método con sus pacientes, tratando de ayudarlos a encontrar la unidad del cuerpo y del alma; porque es imposible comparar el cuerpo enfermo a una máquina que necesita ser reparada.

El tratamiento físico, centrado en eliminar los síntomas, aunque representa una parte fundamental en el tratamiento de las enfermedades, resulta incompleto, porque se hace necesario el compromiso total de la persona para curarse.



Thursday, July 26, 2012

Cerebros Sanos y Lúcidos (laguia2000.com)


En la entrevista publicada en la revista No.38, “Buena Salud”; el doctor Pablo Richly, Jefe de la Clínica de Memoria, Departamento de Neuropsiquiatría (INECO); y Director del Curso de Neuropsiquiatría, Neurología Cognitiva y Demencias de la Universidad Favaloro; afirma que existen tres claves para mantener el cerebro activo: 

Cambio
Desafío y
Aprendizaje constante

Para prevenir el deterioro del cerebro es necesario desarrollarlo mediante la estimulación, los nuevos desafíos y el aprendizaje; además, controlar la hipertensión, la diabetes, la obesidad y otras enfermedades relacionadas principalmente con el sistema cardiovascular.
El deterioro del paso del tiempo se puede contrarrestar con el aprendizaje permanente, porque hace que el cerebro desarrolle nuevas conexiones nerviosas.

El estrés crónico produce un efecto tóxico en las neuronas, a través de sustancias como el cortisol que afecta la atención, la concentración y la memoria; pero normalmente, lo que se va perdiendo es la memoria y la velocidad de procesamiento de la información.

Se puede intentar reducir el estrés aprendiendo a manejar mejor las situaciones cotidianas que no se pueden evitar y es la sabiduría de los años la que ayuda a ser más eficiente frente a las mismas situaciones.

Hacer cambios en la rutina ayuda a estimular el cerebro; ver una película y luego contarla detalladamente, hacer las cuentas de los gastos en el supermercado, mentalmente; tratar de usar la mano izquierda si uno es diestro; al finalizar el día tratar de recordar las actividades que desarrollamos e intentar ser más observador en cada experiencia.

Actualmente se observa un aumento del volumen cerebral en las personas activas físicamente, también tiene un efecto positivo ingerir pocas calorías y descansar bien; y es más estimulante la actividad social que leer, porque comunicarse con otra persona potencia el intelecto.

El cerebro sano requiere la búsqueda constante de lo nuevo, del desafío y del estímulo porque la mente siempre tiene lugar para aprender.

Existen trabajos que demuestran que realizar una caminata diaria de treinta minutos reduce el daño mental e incluso aumenta el volumen cerebral.

La dieta variada, saludable y con bajo valor calórico, con abundante ingesta de frutas y verduras, pocas grasas, lácteos descremados, cereales, legumbres y pescado; ayuda a mantener la agilidad y el peso equilibrado.

Dormir bien es una necesidad fisiológica que influye en la cognición; y los trastornos del sueño pueden aumentar el deterioro cognitivo.

Ser sociable es el mejor estímulo para un ser humano; ningún otro ser vivo depende tanto de este vínculo para su normal desarrollo, como nosotros.

La pérdida de entusiasmo por la vida es común en las personas mayores que han sufrido la pérdida de personas significativas. 

Es importante no aferrarse a los familiares directos y ampliar el espectro de relaciones, mantener los intereses personales y tener vida propia.

Las personas que más sufren las pérdidas son las que eligen depender de alguien en particular, considerándolo la única razón para existir.

Tener vida propia y propósitos personales aumenta la autoestima, le da sentido a la vida y brinda la oportunidad de relacionarse y hacer amistades nuevas.

La consulta médica se hace necesaria cuando se registra un cambio que interfiere en el normal desenvolvimiento de la vida de la persona.

Saturday, April 7, 2012

EL MISTERIO DE LA TRANSMUTACIÓN DEL SEXO


  Capitulo 11

PIENSE Y HÁGASE RICO


Napoleon Hill


 
EL MISTERIO DE LA TRANSMUTACIÓN DEL SEXO
 
El décimo paso hacia la riqueza

El significado de la palabra «transmutar» es, en lenguaje sencillo, «el cambio, o transferencia, de un elemento, o forma de energía, en otro».
La emoción del sexo permite alcanzar un cierto estado mental.
Debido a la ignorancia que se tiene sobre el tema, este estado mental suele asociarse con el físico, y los aspectos esencialmente físicos, debido a las in fluencias impropias a las que la mayoría de las personas ha estado sometida en el proceso de adquisición de conocimiento sobre el sexo, han dejado bastante de lado los mentales.
La emoción del sexo tiene en el fondo de sí misma la posibilidad de tres potencialidades constructivas, que son:

1. La perpetuación de la humanidad.
 
2. El mantenimiento de la salud (no tiene parangón como agente terapéutico).
 
3. La transformación de la mediocridad en genio a través de la transmutación.

La transmutación del sexo es fácil y sencilla de explicar. Significa el cambio de la mente desde pensamientos de expresión física, a pensamientos de alguna otra naturaleza.
El deseo sexual es el más poderoso de los deseos humanos. Cuando los hombres se ven impulsados por él, desarrollan agudeza de imaginación, valor, fuerza de voluntad, perseverancia y habilidad creativa desconocidos para ellos en otras ocasiones. El deseo del contacto sexual es tan fuerte e impulsor, que los hombres llegan a arriesgar su propia vida y su reputación para calmarlo. Esta fuerza motivadora, cuando es controlada y dirigida hacia otras líneas, conserva todos sus atributos de agudeza de imaginación, valor, etc., que pueden ser utilizados entonces como poderosas fuerzas creativas en la literatura, en el arte o en cualquier profesión o empresa, incluyendo, desde luego, la acumulación de riquezas.

La transmutación de la energía sexual exige el ejercicio de la fuerza de voluntad, pero vale la pena hacer el esfuerzo a cambio de la recompensa. El deseo de ex presión sexual es innato y natural. Ese deseo no puede ni debe ser sumergido ni eliminado. Pero debe proporcionársele una vía de salida a través de formas de expresión que enriquezcan el cuerpo, la mente y el espíritu del hombre. Si no se le proporciona esa vía de salida, por medio de la transmutación, buscará vías de salida mediante canales puramente físicos.  


Si se controla el agua de un río durante un tiempo, es posible construir una presa; pero, en último término, el río buscará una salida. Lo mismo puede decirse de la emoción del sexo. Puede quedar sumergida y ser controlada durante un tiempo, pero su propia naturaleza hace que ande siempre a la búsqueda de medios de expresión. Si no se transforma en algún otro esfuerzo creativo, encontrará una vía de salida mucho menos valiosa.
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