Es la tradición de cada fin de año. Con las fiestas,
las copas, los deseos de prosperidad, viene la firme decisión de los más
resolutos de voltear la hoja e iniciar una vida más positiva, más
saludable a través de un régimen de dieta y ejercicio.
Al lanzarse de lleno a esta resolución, sin
embargo, es posible que en lugar de sentirse mejor, se empiecen a sentir
peor. La razón podría estar tanto en la nueva actividad física como la
alimentación.
Aunque encomendable, iniciar una
rutina intensa de ejercicios y una nueva dieta podrían ser menos
saludables de lo que se piensa -especialmente para los que sufren de
alergias- si no se toman ciertas precauciones, dice un experto a BBC
Mundo.
El doctor Richard Weber, presidente del Colegio
Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología (ACAAI, por sus siglas en
inglés) explica que ejercicios intensos pueden traer complicaciones
respiratorias y ciertos organismos y productos alergénicos pueden ser
motivos de alergias, salpullidos y otras reacciones.
A continuación, cinco consejos que el doctor
Weber ofrece para entender el entorno y los síntomas qué pueden desatar
una reacción contraria y cómo abordar una rutina activa pero saludable.
1. Ejercicio: conozca sus límites
No hay por qué fijarse en lo que los otros hacen. Vaya a su propio ritmo.
Mucha gente se lanza con todo a empezar una
rutina de ejercicios sin tomar en cuenta que el camino del sedentarismo a
la actividad física intensa debe ser gradual. "Uno de los problemas de
ir a un gimnasio es que queremos copiar lo que otros están haciendo
-corriendo, pedaleando o saltando- y terminamos en dificultades", señaló
el doctor Weber.
La respiración se acelera y el individuo puede
quedar sin aliento. La situación se hace peor si se sufre de asma pues
puede provocar un ataque severo.
No es que no se recomiende a los asmáticos no
hacer ejercicio; un plan gradual puede acondicionar los pulmones para
resistir más ejercicio y evitar la sensación de ahogamiento, pero si no
ha habido preparación física, con la respiración rápida se pierde calor y
humedad en el tracto respiratorio y esa combinación genera secreción de
químicos y mediadores que fomentan el ataque asmático.
Siempre es bueno tener entusiasmo pero es mejor
no sobrepasarse. Además de las dificultades con la respiración que se
pueden presentar, la falta de costumbre a la actividad física causa
dolor muscular al día siguiente.
"La gente se desalienta, se da por vencida
rápidamente y abandona el ejercicio. Completamente lo opuesto a lo que
se propusieron".
2. ¿Dieta?: piense en lo que va a comer
Los excesos con la dieta también pueden tener
los mismo resultados negativos. Entre más drástica, más rápido es la
tendencia a quebrarla. No hay que olvidar que, si se inicia una dieta al
tiempo que una rutina de ejercicios, el cuerpo necesita el combustible
apropiado así que no comer no es la clave.
Se trata de consumir alimentos saludables, que
implica menos calorías, sustitución de grasas y carbohidratos por
productos que son nuevos para el sistema. En ese sentido, el experto en
alergias sugiere leer la información nutricional en el empaque con
cuidado.
"Muchos
productos contienen alimentos alergénicos escondidos. Hay gente que es
alérgica a los lácteos, el trigo y los huevos, lo que les puede causar
malestares" Doctor Richard Weber, presidente ACAAI
"Muchos productos contienen alimentos
alergénicos escondidos", indicó. "Hay gente que es alérgica a los
lácteos, el trigo y los huevos, lo que les puede causar malestares".
Lo mismo puede pasar con productos dietéticos o
suplementos alimenticios que se encuentran en tiendas especializadas.
Las galletas o barras de "energía" también pueden estar repletas de
factores alergénicos, incluyendo soya y nueces, que afectan a algunos.
El doctor Weber comenta que hoy en día hay
pruebas muy sencillas que se pueden realizar para detectar los alimentos
a los que un individuo puede ser alérgico. Estar prevenido puede evitar
muchos malestares.
3. Equipos de gimnasio: escójalos con cuidado
En el gimnasio puede haber elementos de caucho y plástico que irritan la piel.
No hay nada más impactante que entrar a uno de
esos gimnasios modernos con luces brillantes, música rítmica y equipos
computarizados. Pero tenga cuidado de las máquinas y otros elementos con
los que va a ejercitar, advierte el presidente de ACAAI.
Mientras que las poleas, pesas, barras y otros
mecanismos de ejercicio en los gimnasios no van a causar congestión
nasal ni poner a nadie a estornudar, la cubierta de caucho o plástico de
algunas máquinas, así como los balones inflables y colchonetas si
podrían irritar tejidos.
Ciertos aparatos están recubiertos de látex que
puede casar salpullido, ronchas y dermatitis. "Algunas veces no es el
látex el que afecta la piel sino los químicos que han sido utilizados en
su manufactura para endurecerlos".
También hay que estar precavido contra los
pañuelos desinfectantes y atomizadores con los que frecuentemente se
limpian los equipos en los gimnasios. Estos contienen compuestos
orgánicos volátiles y químicos como amoniaco que pueden desatar un
ataque de asma o irritar la piel.
4. Ropa atlética: mejor cómodo que a la moda
¿Para Navidad le regalaron un juego coordinado
de camiseta, pantaloneta, sudadera y zapatillas de marca? No cabe duda
que se ve muy bien en ellas. No obstante, espere a ver cómo se siente
después de haber sudado un par de horas en el nuevo atuendo.
Si empieza a sentir comezón y ya ha descartado
los otros factores que pueden haberlo producido, ese uniforme atlético
puede ser el de la culpa. Los materiales sintéticos son utilizados en
todo tipo de vestiduras, desde las camisetas hasta los calcetines y
pueden irritar la piel.
"Algunas veces no es el látex el que afecta la piel sino los químicos que han sido utilizados en su manufactura para endurecerlos" Doctor Richard Weber, presidente ACAAI
De todos estos materiales el de mejor calidad es lycra
que tiene menos probabilidades de irritar la piel. En todo caso, la
recomendación siempre es leer cuidadosamente la etiqueta para conocer
bien de que está hecha la ropa.
Cuando haya duda, lo mejor es optar por
productos naturales; algodones y linos. Pero, ojo con los elásticos y
las zapatillas. Suelen ser de látex y si se es alérgico a éste, llegan
las consecuencias.
5. Encerrado vs. al aire libre
El ejercicio al aire libre no es lo mejor para los que sufren de alergias de polen.
Uno siempre relaciona el ejercicio y la buena
salud con espacios abiertos, respirando el aire libre. Eso no es
necesariamente cierto. Hoy en día la contaminación ambiental es una de
las causantes de los problemas respiratorios.
El doctor Richard Weber asegura que el
incremento en la prevalencia de las alergias se puede rastrear a la
revolución industrial y el humo de las fábricas y los motores como uno
de los grandes factores.
En las ciudades es difícil encontrar una zona
verde o campo abierto donde se pueda respirar aire limpio. Aún así, si
se encuentra, para las personas que sufren de fiebre de heno, el polen
puede ir en detrimento del ejercicio, así como el césped también puede
generar reacciones alérgicas.
Si las bandas caminadoras ni las pistas bajo
techo le atraen, asegúrese de tomar sus medicamentos contra las alergias
antes de salir al trote y evitar correr entre el medio día y las horas
de la tarde, cuando el conteo de polen es más alto.
Al llegar a casa, tome una ducha inmediatamente para eliminar cualquier partícula que haya caído en la ropa o el pelo.
De todas formas, el doctor Weber recomienda un
baño para evitar la urticaria que se puede producir cuando se eleva la
temperatura de la piel así como para eliminar el sudor que también puede
ser un irritante.
Si, después de esto, todavía siente entusiasmo
para inscribirse en un gimnasio y seguir disciplinadamente y
moderadamente un plan de actividad física y dieta ¡muy bien! La idea es
practicar una vida más saludable pero no es necesario alcanzar la meta
en un día.
By William Márquez