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Friday, June 15, 2012

¿De qué forma nos enferma el estrés? (vidaysalud.com)


El estrés es la plaga del mundo moderno y no es extraño que así sea si consideramos que casi todo en la vida cotidiana contribuye a crearlo o a aumentarlo: los problemas laborales o familiares, las preocupaciones económicas y la falta de tiempo, son sólo algunos ejemplos.  Y si bien no se trata de una enfermedad en sí misma, sí es un factor de riesgo de casi todas las condiciones de salud. ¿Cuál es el mecanismo que hace que el estrés crónico afecte tanto? Busca la respuesta aquí.

Con el ritmo acelerado que caracteriza a las sociedades de hoy, el estrés se ha convertido en parte inseparable de la vida diaria. De esta forma, muchas condiciones pueden ser provocadas por este factor que, si bien no es una enfermedad en sí misma, puede causar problemas de salud concretos y reales, cuando se prolonga a través del tiempo y no se toman medidas para contrarrestarlo o eliminar sus causas.

Lo que sigue siendo un misterio es cómo las preocupaciones del día a día hacen que la salud se vea afectada. Una posibilidad es que las personas bajo estrés crónico (las que están al cuidado de un enfermo, tienen un trabajo exigente o problemas familiares importantes por citar algunos ejemplos), tengan costumbres menos sanas: que fumen, consuman alcohol, no duerman lo suficiente o se alimenten indebidamente. Otra alternativa es que las hormonas del cuerpo que responden al estrés tengan algo que ver en la aparición de enfermedades.

Eso es lo que se ha creído durante las últimas décadas. Ahora, investigaciones recientes parecen acercarse a una respuesta nueva que involucra al sistema inmunológico (de defensas), que es el que ayuda a que te defiendas contra los virus y las bacterias y su relación con el proceso inflamatorio.  Debes tener en cuenta que la inflamación cumple una función positiva cuando el sistema de defensa la crea temporalmente para ayudar al cuerpo a sanar, como en el caso de la inflamación y el enrojecimiento que surge alrededor de una herida, por ejemplo.  Pero cuando la inflamación se prolonga más allá de lo necesario, o se produce sin que el cuerpo la requiera para sanarse, puede crear toda una serie de trastornos y hasta convertirse en una condición crónica en la que el sistema de defensas ataca al propio organismo (como en el caso de la alergia o el asma).

La relación del estrés, la inflamación y las condiciones de salud ha sido el motivo de varios estudios recientes. Uno de ellos se publicó a principios de año en el medio especializado Proceedings of the National Academy of Sciences. Fue desarrollado por unos investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, que llevaron un registro diario sobre las actividades de 122 adultos jóvenes (53 hombres y 69 mujeres) durante ocho días, enfocándose en sus relaciones con los demás y si éstas relaciones eran positivas o negativas. Además, los participantes tuvieron que hacerse pruebas de estrés y se les tomaron muestras de saliva antes y después de las pruebas, para medir los marcadores biológicos de la inflamación.

Los investigadores buscaban determinar si el estrés que provocan los conflictos personales podía desencadenar la liberación de moléculas conocidas como citoquinas, que se relacionan con los procesos inflamatorios. ¿Qué encontraron? Que los niveles de las citoquinas aumentaban tras las interacciones “negativas” de los participantes, por lo general las discusiones.

Esto implica que un nivel de estrés prolongado por una situación difícil activa las citoquinas.  Estas provocan procesos inflamatorios que a su vez puede contribuir a la aparición de condiciones como el asma, la enfermedad cardíaca e incuso los trastornos autoinmunes, es decir, en las que el sistema de defensas ataca al propio organismo (como la artritis, por ejemplo).  El estudio apunta a que el tipo de enfermedades más afectadas por el estrés son precisamente aquéllas en las que la inflamación del organismo juega un papel clave.

Otro estudio más reciente que el anterior y que se reportó en la misma publicación, consideró la respuesta del sistema de defensas de más de 300 personas que, en dos experimentos diferentes, fueron interrogadas sobre el estrés en sus vidas y luego expuestas al virus del resfriado (o catarro), para ver si se enfermaban.

¿El resultado? Tras ajustar las estadísticas para tomar en cuenta varios factores, los investigadores — en este caso de la Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh — hallaron que las personas cuyos organismos tenían niveles más altos de estrés psicológico continuo (como el que provoca un divorcio o la pérdida de un ser querido) eran menos capaces de reducir la inflamación, al parecer porque las células de sus sistemas de defensa eran menos sensibles a una hormona que desactiva la inflamación.  El organismo queda entonces bajo los efectos de una inflamación prolongada con las consecuencias que antes te explicamos, es decir, un organismo más susceptible a condiciones como enfermedad cardiaca, asma y otros trastornos del sistema de defensas.

Por todo esto, prevenir y manejar el estrés crónico puede ayudarte a reducir el riesgo de tener problemas de salud serios como los que mencionamos antes. Para que puedas lidiar con estas situaciones, he aquí algunas claves:
  • Planea tu día con anticipación y aprende a decir que no. Así evitas comprometerte con tantas actividades que después no puedas cumplir con todas.
  • Decide qué cosas tienes que hacer primero y cuáles puedes aplazar.
  • Toma tiempo para relajarte y hacer actividades que disfrutes.
  • Realiza más actividad física y come alimentos saludables.
  • Habla de tus emociones con tu familia y amigos.
  • Prueba algunas técnicas de relajación, como yoga, meditación o técnicas de respiración.
Y en todo momento, trata de darles a las cosas el valor que en verdad tienen, sin preocuparte por cuestiones menores o que no puedes controlar, como el clima o un tapón en el tráfico. Si te sientes muy preocupada(o) o ansiosa(o) al punto de que interfiere con tu trabajo o tu vida familiar, busca ayuda profesional calificada.  Es importante que cuides la salud de tu mente para evitar repercusiones negativas en la salud de tu cuerpo.

Sunday, May 6, 2012

Cinco formas de plantarle cara a la ansiedad (kidshealth.org)


Todo el mundo se siente estresado, nervioso, ansioso o tenso de vez en cuando. He aquí cinco consejos para afrontar mejor este tipo de situaciones.

Aviso: Cuando la ansiedad o la preocupación son extremas, puede ser un signo de un trastorno de ansiedad. Las personas que padecen trastornos de ansiedad es muy importante que pidan ayuda a un profesional de la salud. Es indudable que los siguientes consejos también les pueden ayudar. Pero el tratamiento profesional es imprescindible en estos casos.
  1. Conviértete en un experto en relajación. Todos creemos que sabemos relajarnos. Pero repanchingarse delante de la pantalle del ordenador no es relajarse de verdad. (Dependiendo de lo que veas en la televisión o de lo que hagas con el ordenador, hasta es posible que te ponga más tenso.) Lo mismo ocurre con el alcohol, las drogas o el tabaco. Tal vez parezca que alivian la ansiedad o el estrés, pero inducen un falso estado de relajación que sólo es temporal. Lo que necesita el cuerpo son técnicas de relajación —como la respiración profunda, el taichi o el yoga— que producen efectos físicos sobre la mente. Por ejemplo, la respiración profunda ayuda a relajar un nervio importante que va del diafragma hasta el cerebro, enviando un mensaje a todo el cuerpo para que se relaje y se deje ir.

  2. Duerme lo suficiente, aliméntate bien y haz ejercicio físico. ¿Quieres que tu mente y tu cuerpo estén lo bastante fuertes y relajados para poder afrontar sin problemas los altibajos de la vida diaria? Duerme el tiempo adecuado para satisfacer tus necesidades —ni demasiado ni demasiado poco. Aliméntate bien: elige la fruta, la verdura, las proteínas magras y los cereales integrales, que proporcionan energía a largo plazo (en vez de la inyección de energía de corta duración que proporciona un exceso de azúcar o la cafeína). Y haz ejercicio regularmente para enviar oxígeno a todas las células de tu cuerpo a fin de que tu cerebro y tu cuerpo puedan funcionar al cien por cien.

  3. Conectate con otras personas. Pasa tiempo con amigos o familiares. Las actividades organizadas son estupendas, pero salir simplemente a dar una vuelta también va bien. Hacer cosas con personas que nos aprecian y a quienes apreciamos nos ayuda a estrechar lazos y a sentirnos apoyados y seguros. Y la diversión y la experiencia de compartir nos alegra la vida y nos ayuda a preocuparnos menos por las cosas. Si hay algo que te preocupa o estresa, el hecho de hablar sobre ello con alguien que sepa escuchar y que te aprecie puede ayudarte a sentirte comprendido y más capaz de afrontar tus problemas. Te ayudará a recordar que todo el mundo se siente estresado de vez en cuando y que no estás solo.

  4. Conectate con la naturaleza. Dar un paseo por un parque, hacer una excusión por el monte o adentrarse en un bosque puede ayudar a cualquiera a sentirse en paz y conectado con la tierra. (Elige un lugar donde te sientas seguro para que te puedas relajar y disfrutar del entorno.) Actividades como pasear, hacer montañismo, coger la bicicleta de montaña o calzarse unas raquetas de nieve ofrecen el beneficio añadido del ejercicio físico. Invita a un par de amigos —o familiares— y disfruta al mismo tiempo de la sensación de conexión.

  5. Piensa en positivo. Una buena forma de alejar las preocupaciones de tu mente es centrándote en cosas que sean buenas, bonitas y positivas. Permítete soñar, desear e imaginar lo mejor que puede ocurrir.
Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD
Fecha de la revisión: octubre de 2010

Friday, April 20, 2012

Estudiar cansado (laguia2000.com)


Jamás hay que olvidar que quien estudia es un ser humano, dotado de una mente capaz de conocer, pero también de un cuerpo que posee necesidades entre las cuales las más elementales son comer y dormir.

Quien pretenda estudiar de modo eficiente, no debe dejar todo para último momento, sino que se aprende mejor cuando se lo hace de a poco, en forma ordenada, repartiendo previa planificación, lo que se estudiará cada día; habiendo desayunado bien, y almorzado, merendado y cenado de modo liviano, consumiendo alimentos sanos y nutritivos y no comidas de las llamadas rápidas, como por ejemplo hamburguesas.

El descanso es fundamental para lograr la concentración, no dormir solo contribuirá a que el alumno esté más nervioso, cansado y mal predispuesto para aprender. Las salidas nocturnas deben ser evitadas cuando se esté próximo a rendir una evaluación, y las diurnas limitarse, pero el descanso de ocho horas diarios debe respetarse si se desea conservar la salud física y mental, pues tal vez resulte quedarse sin dormir para aprobar un examen pero este ritmo será insostenible a largo plazo, pues el cuerpo se enfermará.

Incluso no conviene estudiar durante varias horas sin tomarse un pequeño recreo (10 minutos cada hora y media suele ser suficiente).

Hay personas que prefieren estudiar por las noches, y aunque esto no es recomendable, muchas veces lo hacen porque durante el día la casa está poblada de ruidos que impiden la concentración, o porque trabajan, pero en estos casos también debe compensarse con el sueño diurno. Si es por trabajo, se debe dormir cuando se vuelve, y hasta comenzar a estudiar, pero nunca intentar hacerlo sin previo descanso.

Saturday, April 7, 2012

Conoce la dieta que hace que las neoyorquinas sean las más delgadas de EE.UU. (Emol.com)

Una periodista investigó durante tres años los hábitos de alimentación y ejercicio de las mujeres de Manhattan. A fines de marzo publicó el libro donde revela sus secretos.

  "La dieta Manhattan. Pierde peso mientras vives una vida fabulosa" es el atractivo título que Eileen Daspin eligió para el libro que publicó a fines de marzo y en el que revela los secretos de las mujeres neoyorquinas para mantenerse delgadas, tonificadas y siempre verse bien.

La autora, una periodista freelance y esposa de un chef italiano, se dedicó durante los últimos tres años a investigar qué comían y cómo se ejercitaban las habitantes de Manhattan. Su punto de partida fue un artículo que leyó en "The New York Times", en el que se confirmaba que en esa ciudad se concentraba la gente más delgada de todo el estado de Nueva York.

De esta manera, Daspin reclutó a un grupo de 25 mujeres -delgadas, por supuesto-, quienes durante 28 días escribieron detalladamente sobre sus hábitos de alimentación y ejercicio. Luego analizó la información y a partir de ella obtuvo el contenido para su libro de 250 páginas.

La autora ha afirmado en algunas entrevistas que el objetivo de "La dieta Manhattan" no es recomendar o promover una determinada forma de alimentarse, sino que más bien el libro busca ser un retrato periodístico de un estilo de vida que consigue que quienes lo siguen permanezcan delgadas.

Según publicó el New York Post, los pilares de la dieta Manhattan son, entre otros, come bien, pero no en mucha cantidad; camina como una maniática; cocina en tu casa; come comidas completas; elimina cualquier cosa que tenga "diet" en su nombre y el agua es buena.

Otros tips que se dan en el libro, siempre basados en la información que fue entregada por las mujeres que participaron en la investigación, son:

- Come lo que tu cuerpo desea, no te prives de nada.

- Diviértete y elige un ejercicio que te gusta.

- El aceite de oliva es bueno para ti, esto es crucial.

- Siempre deja un poquito de comida en el plato. Puede ser algo pequeño, sólo una miga, pero tienes que estar consciente de que lo estás haciendo y observar cómo se va a la basura.

- Saborea cada mordisco y toma tiempo para ello. Nunca comas mientras estás en movimiento, caminando o dentro de un auto.

- No siempre comas una ensalada a la hora de almuerzo, ya que no te dejará satisfecha. En su lugar, elige un sándwich, ya que con él puedes obtener carbohidratos de una manera controlada y, además, puedes incluir otros nutrientes si, por ejemplo, reemplazas la lechuga por espinaca.

- Las mujeres delgadas de Manhattan no frecuentan restaurantes de comida rápida y mantienen las tentaciones lejos de ellas.

No a todos les gusta
El libro escrito por Eileen Daspin ha sido calificado por muchos como un "terremoto mediático" y se dice que está haciendo furor entre quienes desean adelgazar para el próximo verano en el hemisferio norte.

Sin embargo, hay otros que consideran que "La dieta Manhattan" promueve un estilo de alimentación poco sano y obsesivo basado en estar permanentemente a dieta. También se afirma que las sugerencias que entrega, del tipo "reduce el consumo de refrescos a menos que tengas dolor de garganta", no son ninguna sorpresa.

Asimismo, los más críticos afirman que una mujer promedio de Estados Unidos, que no tiene el sueldo de un habitante de Nueva York, no puede seguir al pie de la letra lo que se establece en el libro debido a limitaciones de tiempo y presupuesto. La autora coincide con esa percepción y ha reconocido que la dieta que llevan las mujeres de Manhattan no es barata.

Los comentarios negativos sobre el texto han llegado a tal nivel que incluso en el sitio chow.com Rebbeca Flint, una periodista experta en temas de comida, aseguró que lo que se estipula en "La dieta Manhattan" es muy similar a lo que se puede hallar en las páginas pro-ana o a favor de la anorexia.

"Ella (Eileen Daspin) comienza el libro admitiendo que ha hecho dietas desde que tenía 12 años y continúa diciendo que sus amigas privilegiadas son mujeres a imitar. Está aquella que derrama agua sobre los restos de su comida para no verse tentada a comerlos, otra que sólo come arroz blanco y frijoles cuando ordena comida china, y otras que renuncian a las tentaciones de Tasti D-Lite (un conocido local de comida de Nueva York) por los placeres más seguros de un Tootsie Roll o Twizzlers (ambos caramelos típicos de Estados Unidos)", describe Rebbeca Flint.
Y agrega: "Si este tipo de cosas suenan familiares es porque son extremadamente similares a los consejos que se pueden encontrar en los sitios pro-ana que ensucian internet, aquellos que proclaman que la 'anorexia no es una enfermedad, es un estilo de vida'. Aquellos que entregan consejos como 'cuando sientas el impulso de comer, mastica chicle sin azúcar', 'bebe té de hierbas' y 'el yogurt congelado toma un siglo para ser comido de manera que te sientes ocupada por más tiempo'".

Ante esto, la periodista se atreve a afirmar que el libro es un insulto para Manhattan, las dietas y las mujeres, y además entrega su propia respuesta a la pregunta de cómo las neoyorquinas se mantienen tan delgadas: "Arrastrando coches de niños y mercadería del almacén, subiendo las escaleras del metro, caminando sin parar y enfrentando el constante estrés de vivir aquí. Lo último que necesitamos es a alguien que le diga al resto del mundo que podemos vestir jeans apretados porque somos unas lunáticas obsesivas y muertas de hambre".

Fuente:  http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2012/04/07/22580/Conoce-la-dieta-que-hace-que-las-neoyorquinas-sean-las-mas-delgadas-de-EEUU.aspx


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