Friday, November 30, 2012

¿Por qué es inteligente hacer ejercicio? (kidshealth.org)


Probablemente habrás oído incontables veces que hacer ejercicio es "bueno para ti" pero ¿sabías que, de hecho, también puede ayudarte a sentirte bien? Hacer la cantidad adecuada de ejercicio puede aumentar tus niveles de energía e incluso ayudarte a encontrarte mejor desde el punto de vista emocional.

Efectos beneficiosos del ejercicio

Los expertos recomiendan que los adultos hagan más de 60 minutos de actividad física entre moderada y vigorosa cada día.
  • El ejercicio es bueno para todas las partes del cuerpo, incluyendo la mente. El ejercicio hace que el cuerpo produzca endorfinas, unas sustancias químicas que nos hacen sentir en paz y felices. El ejercicio puede ayudar a algunas personas a dormir mejor. También puede ayudar en los problemas de salud mental, como la depresión leve y la baja autoestima. Además, el ejercicio puede proporcionar una verdadera sensación de logro y orgullo cuando se alcanzan determinadas metas -como batir el record personal de 100 m lisos.
  • El ejercicio puede ayudar a tener mejor aspecto. La gente que practica ejercicio quema calorías y se ve más enjuta que la que no lo practica. De hecho, hacer ejercicio es una de las mejores formas de mantener un peso saludable.
  • Hacer ejercicio para mantener un peso saludable también reduce el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades, incluyendo la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial. Estas enfermedades, que solían ser propias de los adultos, cada vez son más frecuentes en los adolescentes.
  • El ejercicio ayuda a envejecer bien. Las mujeres son especialmente proclives a un trastorno denominado osteoporosis (debilitamiento de los huesos) cuando se hacen mayores. Los estudios han constatado que los ejercicios que implican cargar el propio peso, como correr o andar deprisa, ayuda a las chicas (¡y a los chicos!) a mantener fuertes los huesos.
Una rutina de ejercicio físico bien equilibrada consta de tres componentes: ejercicio aeróbico, ejercicios de fuerza y ejercicios de flexibilidad.

Ejercicio aeróbico

Como cualquier otro músculo, a tu corazón le gusta estar en forma. Y tú le puedes ayudar a lograr su objetivo practicando ejercicios aeróbicos. Por ejercicio aeróbico, entendemos cualquier tipo de ejercicio que hace que el corazón lata más deprisa y que los músculos utilicen oxígeno (te darás cuenta de que tu cuerpo está utilizando oxígeno porque respirarás más deprisa).

Si practicas este tipo de ejercicios regularmente, se te hará más fuerte el corazón y el oxígeno te llegará mejor (a través de los glóbulos rojos) a todas las partes del cuerpo.

Además de estar activo cada día, los expertos recomiendan que los adolescentes hagan por lo menos tres sesiones de 60 minutos de actividad física vigorosa cada semana. Si formas parte de un equipo deportivo, probablemente estás haciendo más ejercicio del indicado en esta recomendación, lo que es genial. Algunos de los deportes de equipo que proporcionan un importante entrenamiento aeróbico son la natación, el baloncesto, el fútbol, el balonmano, el jockey y el remo.

Pero, si no practicas ningún deporte de equipo, no te preocupes; hay multitud de formas de hacer ejercicio aeróbico, sea a solas o en grupo. Esas formas incluyen ir en bici, correr, nadar, bailar, patinar, practicar esquí de travesía, hacer montañismo y andar deprisa. De hecho, es más fácil seguir practicando los tipos de ejercicios que se practican a solas al finalizar los estudios secundarios e iniciar los universitarios, lo que facilita mantenerse en forma durante la etapa adulta.

Ejercicios de fuerza

El corazón no es el único músculo que se beneficia de la práctica regular de ejercicio -a la mayoría de los demás músculos de tu cuerpo también les va bien hacer ejercicio. Si utilizas los músculos y los fortaleces, podrás estar activo durante períodos de tiempo más largos sin agotarte. Los músculos fuertes también tienen la ventaja de ayudar a proteger las articulaciones durante la práctica del ejercicio y a prevenir las lesiones. Además, el músculo quema más energía que la grasa cuando una persona está en reposo, de modo que el hecho de desarrollar los músculos te ayudará a quemar más calorías y a mantener un peso saludable.

Distintos tipos de ejercicios fortalecen distintos tipos grupos musculares, por ejemplo:
  • Para fortalecer los brazos, prueba el remo o el esquí de travesía. Las flexiones, aquellas viejas amigas de las clases de gimnasia, también son buenas para desarrollar los músculos de los brazos.
  • Para fortalecer las piernas, prueba correr, ir en bici, el remo, o patinar.
  • Para tonificar los músculos abdominales, no olvides el remo, las clases de pilates y el yoga, y los abdominales.

Ejercicios de flexibilidad

Fortalecer el corazón y los demás músculos no es la única meta importante de hacer ejercicio. El ejercicio también ayuda a mantener el cuerpo flexible, lo que significa que los músculos y las articulaciones se estiran y doblan con facilidad. Las personas flexibles no tienen que preocuparse tanto por las distensiones y los esguinces. La flexibilidad también puede ayudar a mejorar el rendimiento deportivo. Algunas actividades, como el baile o las artes marciales, es obvio que requieren una gran flexibilidad, pero la flexibilidad también puede ayudar a rendir más en otros deportes, como el fútbol o la natación.

Los deportes y actividades que fomentan la flexibilidad son fáciles de encontrar. Muchos centros de enseñanza secundaria tienen programas de gimnasia. Las artes marciales como el kárate también ayudan a trabajar la flexibilidad. El ballet, las clases de pilates y el yoga son buenas opciones. Hacer ejercicios de calentamiento antes de entrenar y ejercicios de estiramiento sencillos al final de la sesión de entrenamiento también ayuda a desarrollar la flexibilidad.

¿Qué es adecuado para mí?

Una de las principales razones de que la gente abandone los programas de ejercicios es la falta de interés. Si lo que estás haciendo no es divertido, es difícil que lo sigas haciendo. La buena noticia es que puedes probar multitud de deportes y actividades hasta dar con el que te más te inspire.

A la hora de elegir el ejercicio adecuado para ti te puede ayudarte reflexionar sobre cuál es tu personalidad deportiva. Por ejemplo, ¿te gusta hacer ejercicio solo y sin tener que adaptar tu horario al de otras personas (en cuyo caso, tal vez te irían bien los deportes que se practican a solas, como el ciclismo o el snowboard), o te gusta la motivación compartida y el compañerismo asociados al hecho de formar parte de un equipo?

También deberás considerar los aspectos prácticos, como si la actividad que has elegido es asequible a tu bolsillo y accesible (por ejemplo, actividades como montar a caballo son más difíciles para las personas que viven en una ciudad) y cuánto tiempo puedes dedicar a la actividad.

Es una buena idea conversar con alguien que entiende sobre ejercicios como un entrenador o un asistente de gimnasio. El o ella pueden ayudarte a empezar un plan de ejercicios que sea adecuado a tu estado físico.

Otra cosa a tener en cuenta es el tema de tu estado de salud física y como el ejercicio puede afectarla. Los médicos saben muy bien que a la gente le hace bien el ejercicio de condicionamento, incluso aquellos con minusvalía física o con enfermedades crónicas como el asma. De todos modos si tienes un trastorno de salud u otros temas a considerar (como sobrepeso o mal estado aeróbico) habla con tu médico antes de comenzar el plan de ejercicios. Así puedes saber de antemano que ejercicios evitar.

Pasarse de la raya

Como ocurre con todas las cosas buenas, es posible pasarse de la raya con el ejercicio. A pesar de que el ejercicio es una forma maravillosa de mantener un peso saludable, hacer demasiado ejercicio para perder peso no es saludable. El cuerpo necesita suficientes calorías para funcionar correctamente. Recuerda que todavía estás en período de crecimiento y que seguirás creciendo durante toda la adolescencia. Necesitarás energía como combustible para completar el proceso de crecimiento.

Hacer demasiado ejercicio con la intención de quemar calorías y perder peso puede ser un signo de algunos trastornos de la conducta alimentaria. Si tienes cualquier duda sobre cuánto ejercicio deberías hacer, habla con el personal de enfermería de tu centro de enseñanza o con tu médico de cabecera. Y si alguna vez tienes la sensación de que el ejercicio te está dominando en vez de al contrario, habla con tu médico, uno de tus padres u otro adulto de confianza.

También es posible caer en el error del sobre-entrenamiento-algo a lo que que los jóvenes atletas necesitan prestar atención. Por ejemplo si te dedicas a un deporte practica como máximo 5 días por semana y tomate al menos 2-3 meses de descanso por año. Tu puedes entrenar mas que eso siempre y cuando lo hagas en un deporte diferente (ejemplo natación y ciclismo si eres jugador de fútbol).

Participar en más de una actividad deportiva puede ayudar al joven atleta a desarrollar diferentes habilidades y a evitar lesiones. Recuerda que no debes hacer ejercicio mientras sufres de dolor. Además si sufres una lesión traumática asegúrate de darte suficiente tiempo para curarte. Tu cuerpo-y tu rendimiento- te lo agradecerán.

Teniendo en cuenta los efectos beneficiosos que reporta al corazón, los músculos, las articulaciones y la mente, es fácil ver por qué es inteligente hacer ejercicio. Una de las mejores cosas del ejercicio es que nunca es demasiado tarde para empezar. Y no olvides que cosas tan nimias como dar un corto paseo en bici o pasar el rastrillo por el jardín pueden considerarse formas de hacer ejercicio cuando se está empezando. Hasta pasear al perro cuenta como parte de los 60 minutos de ejercicio diario (y el veterinario te dirá que los animales necesitan hacer ejercicio igual que los humanos, o sea que, si tu perro está pasado de peso, él también se beneficiará de tu dedicación).

Si actualmente haces ejercicio, síguelo haciendo durante la etapa adulta (esto suele ser lo más complicado debido a lo ocupados que suelen estar los adultos con los estudios y sus carreras profesionales).

Actualizado por: Mary L. Gavin, MD
Fecha de la revisión: julio de 2012

Poner límites a los más pequeños (kidshealth.org)


¿Hay algún padre que no haya sentido un amor profundo y total por su pequeño y, al mismo tiempo, frustración e ira?

Los niños pequeños ponen a prueba nuestros nervios porque están explorando los límites en todos los aspectos del mundo que les rodea. Cada día, poco a poco, van aprendiendo nuevas habilidades y superando nuevos retos, y se sienten ansiosos y excitados ante la posibilidad de usar esos talentos.

A veces es difícil educar a un niño de corta edad, pero es posible hacerlo. Y establece normas y límites ahora — mientras su hijo está aprendiendo qué comportamientos son aceptables — ayudará a evitar mayores problemas en el futuro.

Estas son algunas de las cuestiones que pueden ayudarle para educar a su hijo pequeño.

Sea coherente

Cuando se trata de educar, es importante ser coherente. Los padres que no respetan las normas y las consecuencias que establecen tienen hijos que tampoco las respetan. Por ejemplo, si le dice a su hijo que va a estar sin jugar durante un rato como consecuencia de su mal comportamiento, asegúrese de cumplirlo. Si hace alguna advertencia, manténgala hasta el final. Las amenazas vacías socavan su autoridad.

Y no olvide que los niños aprenden observando a los adultos, especialmente a los padres. Así que asegúrese de que su comportamiento pueda servirle como modelo. Cuando le pida a su hijo que recoja los juguetes, será mucho más convincente si sus proprias cosas están ordenadas en vez de estar desparramadas por la habitación.

Elimine tentaciones

A estas alturas ya habrá descubierto que su pequeño quiere explorar e investigar el mundo. Los niños pequeños son curiosos por naturaleza, por lo que es una buena idea eliminar las tentaciones siempre que sea posible. Esto significa que aparatos como televisores, teléfonos y equipos de vídeo deben mantenerse fuera de su alcance, así como los objetos que pueda tragarse, como joyas, botones y cosas pequeñas que los niños pueden meterse en la boca.

Y siempre mantenga bien guardadas en lugares adonde los niños no puedan llegar las medicina y los productos de limpieza.

Acoso escolar cibernético (kidshealth.org)


Los matones del colegio y las alumnas malintencionadas han existido desde siempre, pero la tecnología les ha ofrecido una nueva plataforma para actuar. En calidad de adultos, cada vez nos damos más cuenta de que la frase "a palabras necias, oídos sordos" ha dejado de ser cierta. Los insultos, sean reales o virtuales, pueden tener graves consecuencias emocionales en niños y adolescentes.

No siempre es fácil saber cómo y cuándo intervenir en calidad de padres. Para empezar, nuestros hijos tienden a utilizar la tecnología de una forma diferente a la nuestra. Los niños de hoy en día empiezan a jugar a juegos virtuales y a enviarse mensajes de texto (SMS) con sus móviles desde muy pronto y la mayoría de adolescentes disponen de teléfonos inteligentes que los mantienen conectados constantemente a Internet. Muchos están conectados a Facebook y participan en chats o se envían mensajes de texto durante todo el día. Hasta el hecho de enviar un correo electrónico o de dejar un mensaje de voz en un contestador automático les puede resultar de lo más anticuado. Su conocimiento del mundo digital puede resultar intimidador para un padre, pero si usted se involucra en el mundo virtual de su hijo del mismo modo que en su mundo real, podrá ayudar a protegerlo contra las múltiples amenazas de Internet y del mundo virtual.

Afortunadamente, nuestra creciente conciencia sobre el acoso escolar cibernético o "ciberacoso escolar" nos ha ayudado a aprender a prevenirlo. He aquí algunas recomendaciones sobre qué puede hacer si el acoso escolar se ha convertido en una parte de la vida de su hijo.

¿Qué es el acoso escolar cibernético?

El acoso escolar cibernético consiste en utilizar la tecnología para acosar, amenazar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona. Por definición, se produce entre niños y/o adolescentes. Cuando está implicado un adulto, se adapta a la definición de ciberacoso o ciberacecho, un delito que puede tener consecuencias legales e implicar condenas de cárcel.

A veces el acoso escolar cibernético es fácil de detectar; por ejemplo, su hijo le puede enseñar un mensaje de texto, un mensaje enviado a través de Twitter o una respuesta a una actualización de Facebook que sea violento, cruel o claramente malintencionado. Hay otras formas de acoso que son menos evidentes, como suplantar a alguien a través de Internet o colgar información personal, fotos o vídeos para avergonzar o herir a otras personas. Algunos niños informan de que se pueden crear cuentas, páginas web, o nombres de usuario falsos con la única intención de acosar y acechar a supuestas víctimas.

El ciberacoso escolar también puede ocurrir de forma completamente accidental. El carácter impersonal de los mensajes de texto (MSM), los mensajes instantáneo (MI) y los correos electrónicos puede dificultar la identificación del tono de quien los escribe: un chiste para una persona puede ser un insulto demoledor para otra. De todos modos, cuando se detecta un patrón repetido en una serie de correos electrónicos, mensajes de texto o comentarios publicados en Internet es muy raro que se trate de algo accidental.

Una encuesta realizada en EE.UU. en el año 2006 por la organización, Fight Crime: Invest in Kids (Lucha contra el delito: invierta en los niños), reveló que uno de cada tres adolescentes y uno de cada seis preadolescentes habían sido víctimas del acoso escolar cibernético. Conforme más y más niños vayan accediendo a los ordenadores y los teléfonos móviles, lo más probable que la incidencia del ciberacoso escolar se incremente.

Efectos del acoso escolar cibernético

El acoso escolar ha dejado de limitarse al patio de la escuela y los callejones y ahora puede ocurrir tanto en casa como en la escuela y prácticamente durante las 24 horas del día. Mientras los niños puedan acceder a un teléfono, un ordenador u otro dispositivo informático (como un Tablet), se exponen a ese riesgo.

El acoso cibernético extremo o de carácter crónico puede exponer a las víctimas a un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión u otros trastornos relacionados con el estrés. En algunos casos sumamente infrecuentes, pero sobre los que se ha escrito mucho, algunos niños han acabado recurriendo al suicidio.

El castigo de los acosadores escolares cibernético puede incluir la expulsión del centro de estudios o del equipo deportivo. Ciertos tipos de ciberacoso también pueden infringir las normas del centro de estudios o incluso las leyes contra el acoso sexual o contra la discriminación.

Signos del acoso escolar cibernético

Muchos niños y adolescentes que son víctimas del acoso cibernético se resisten a decírselo a sus profesores o padres, a menudo porque se avergüenzan del estigma social que conlleva o porque temen que les retiren el privilegio de utilizar el ordenador en casa.

Los signos de que un niño puede estar recibiendo acoso cibernético varían bastante, aunque hay algunos aspectos en los que se deberían fijar los padres:
  • muestras de angustia emocional mientras el niño utiliza Internet o el teléfono o después de utilizarlos
  • mantener en secreto su vida digital
  • mantenerse apartado de sus amistades y actividades sociales
  • evitar la escuela o las reuniones grupales
  • sacar peores notas y tener ataques de rabia en casa
  • presentar cambios de humor, de comportamiento, de sueño o de apetito

Cómo pueden ayudar los padres

Si averigua que su hijo está siendo víctima del acoso cibernético, hable con él sobre cualquier experiencia similar que usted tuvo cuando era niño. Esto le puede ayudar a no sentirse tan solo. Dígale a su hijo que no es culpa suya y que el acoso dice mucho más sobre el acosador que sobre la víctima. Hablar con los profesores o con el director de la escuela también puede ayudar pero, antes de dar ese paso, permita que su hijo le dé las claves necesarias.

Muchos centros de enseñanza, distritos escolares y centros de actividades extraescolares han establecido protocolos para responder al acoso cibernético; estos protocolos pueden variar entre los distintos distritos y estados. Pero, antes de informar sobre el problema, dígale a su hijo lo que piensa hacer, ya que podrían preocuparle los "cotilleos" y preferir que se resuelva el problema protegiendo su intimidad.
Otras posibles medidas a adoptar son las siguientes:
  • Bloquear al acosador. La mayoría de aparatos electrónicos e informáticos disponen de funciones que permiten bloquear electrónicamente correos electrónicos, SMS e IM procedentes de personas concretas.
  • Limitar el acceso a la tecnología. Por mucho que les duela, muchos niños y chicos que son víctimas del acoso cibernético no pueden resistir a la tentación de entrar en los sitios web o mirar el teléfono para comprobar si han recibido mensajes nuevos. Mantenga el ordenador en un espacio público de la casa (nada de portátiles en la habitación de los niños, por ejemplo) y límite el uso de los móviles y los juegos digitales. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de desconectar el servicio de mensajes de texto durante ciertas horas. Y la mayoría de sitios de Internet y de teléfonos permiten instalar controles que permiten a los padres acceder los mensajes de sus hijos y a su vida digital.
  • Conocer el mundo de Internet de su hijo. Compruebe lo que su hijo publica en Internet y las páginas web que visita, y sea consciente de la forma en que pasa el tiempo cuando se conecta a Internet. Hable con él sobre la importancia de la intimidad y sobre por qué no es conveniente compartir información personal en Internet, ni siquiera con sus amigos. Recalque la importancia de guardar de forma segura sus claves de acceso o contraseñas. Establezca acuerdos consensuados con su hijo sobre el uso del teléfono móvil y de las redes sociales que esté dispuesto a cumplir.
  • Informarse en Internet de recursos e información de apoyo sobre el acoso informático.
Si su hijo está de acuerdo, puede acordar una mediación con un terapeuta u orientador escolar que puede trabajar con su hijo y/o con el acosador.

Si el acosador es su hijo

Enterarse de que su hijo es quien está actuando de forma inapropiada puede suponer para usted un gran disgusto y una enorme desilusión. Es importante afrontar el problema de cara en vez de esperar a que desparezca por sí solo.

Hable a su hijo con firmeza sobre su comportamiento y explíquele el efecto negativo que puede tener sobre los demás. Gastar bromas y tomar un poco el pelo a la gente puede parecer divertido, pero es algo que puede herir los sentimientos de la gente y generar problemas. El acoso, independientemente del modo en que se haga, es algo inaceptable; dígale que si prosigue con el acoso, su comportamiento podría acarrearle graves consecuencias (a veces irrevocables) en casa, el centro de estudios y la sociedad.

Recuerde a su hijo que usar móviles y ordenadores es un privilegio. A veces ayuda restringir el uso de estos aparatos hasta que mejore el comportamiento. Si considera que su hijo debe disponer de un teléfono móvil por cuestiones de seguridad, asegúrese de que el teléfono puede utilizarse solamente en casos de emergencia. Si su hijo tiene antecedentes de tomar decisiones impulsivas mientras está conectado, insista en instalar estrictos controles parentales en todos los dispositivos que utiliza.

Para llegar al fondo de la cuestión, a veces puede resultar útil hablar con los profesores, orientadores escolares y otro tipo de personal del centro de estudios de su hijo para identificar situaciones que pueden haber conducido a que se haya convertido en acosador. Si su hijo tiene problemas para controlar el enfado, hable con un terapeuta para que le enseñe estrategias para afrontar el enfado, la ira, el dolor, la frustración y otras emociones intensas de una forma saludable.

Los terapeutas profesionales pueden enseñar a los niños a manejar sus sentimientos y a mejorar su confianza en sí mismos y sus habilidades sociales, lo que a su vez puede reducir el riesgo de implicarse en conductas de acoso. Si usted es un experto en tecnología, haga de modelo a su hijo para enseñarle a entender las ventajas y los riegos de la vida en el mundo digital.

Revisado por: Michelle New, PhD
Fecha de revisión: enero de 2012

Bajar de Peso (laguia2000.com)

El que no sabe cocinar tiende a engordar

La balanza se ha convertido en un instrumento imprescindible en cualquier hogar. 

El ritual de pesarse todos los días para descubrir reflejado en ella el resultado de ese bombón o medialuna que no tuvimos la voluntad de despreciar, ya forma parte de la rutina diaria.

Pero el cuerpo a veces nos da sorpresas inesperadas. Aún después de un día de transgresiones suele no acusar signos de sobrepeso, en tanto que cuando nos sacrificamos hasta el límite, nuestro físico se puede empeñar en retener líquidos y en vez de bajar de peso aumentamos.

Creo que lo más conveniente es controlar el peso una vez por semana, a la misma hora y en la misma balanza y aprender a comer en forma moderada siempre.

Las dietas son temas que acaparan las páginas de todas las revistas desde hace muchos años; sin embargo, según las estadísticas, la población mundial sigue aumentando de peso y en estos momentos en Argentina más del cincuenta por ciento de la población tiene sobrepeso, incluyendo los niños.

Se espera que en el futuro cercano esta proporción alcance al cien por ciento de los habitantes.

Cuáles son los principales factores que influyen para que se produzca este fenómeno en casi todo el mundo, es la pregunta que todos nos hacemos a diario.

En primer lugar, la mayoría de las personas de las grandes ciudades tiene un menor desgaste físico y se mueve poco. La vida se facilita, el auto nos lleva, las máquinas nos ayudan y nos convertimos en seres sedentarios que sólo observan y controlan.

El sedentarismo es un factor de riesgo de enfermedades cardíacas y la principal causa para engordar, favoreciendo además el desarrollo de otros trastornos orgánicos graves, como la hipertensión, los problemas circulatorios, la diabetes, etc.

Pude comprobar en estas últimas vacaciones, durante las cuales no hice ninguna dieta, que pude bajar de peso solamente con un mayor movimiento. 

La falta de preocupaciones y la tranquilidad disminuyeron mi ansiedad habitual por la comida permitiendo que no me acordara de ella; porque las preocupaciones y el stress también engordan, provocando un desequilibrio emocional que hemos aprendido a calmar con la comida.

La adicción a los dulces es otro problema que acosa a las personas con sobrepeso. No es necesario privarse de ellos pero se puede controlar su ingesta teniendo una provisión de golosinas de bajo contenido calórico que nos gusten y utilizándolas como colaciones.

Respetar los horarios de las comidas es otro factor que ayuda a aprender a comer. Es inútil no comer casi nada durante todo el día para devorar en la cena todo lo que tenemos en la heladera. 

Lo ideal es acostumbrarse a comer seis veces por día comenzando con un buen desayuno, que los expertos aseguran es lo más importante, luego el almuerzo, después la merienda y por último la cena, más dos colaciones entre las principales comidas.

Hoy en día, tener que trabajar no es un obstáculo para seguir estas instrucciones. Existen en el mercado abundantes propuestas económicas que reemplazan adecuadamente cualquier comida hecha en casa.

Recordemos que las personas con sobrepeso son adictas a la comida y las adicciones encubren un estado de ánimo depresivo, por lo tanto, es saludable conectarse con nuevos intereses.

Hacer las compras y aprender a cocinar puede ser para muchos un nuevo interés que hoy en día está de moda; y también es una buena manera de mejorar nuestro estado de ánimo.

Las personas que viven solas tienden a comer mal y muchas veces llegan a graves estados de deshidratación porque como no sienten sed tampoco ingieren líquidos.

Cocinar para si mismo es una manera de elevar la autoestima y de aprender a considerarse digno de una mesa exclusiva para uno acompañada de abundante gaseosa dietética. 

El Miedo al Amor (laguia2000.com)

La ciencia ha descubierto ahora, que el corazón piensa y tiene neuronas.
Hay gente que vive a la defensiva para no sufrir. El sufrimiento es parte de esta vida y no se puede evitar, porque todo ser humano tiene sentimientos y su propio mundo de significados los afecta.

El miedo a la pérdida es el que impide relacionarse mejor. Un encuentro que llega a sorprender, con alguien diferente que produce placer y que hace latir el corazón más rápido, puede ser la vivencia que se estaba esperando, no obstante, aunque la soledad sea la única compañía, antes de entregarse de lleno a esa experiencia comienza a levantarse la barrera automática que se ha creado ante cualquier señal de peligro y se adopta la postura clásica del no compromiso.

Negarse a comprometerse no representa solamente una actitud egoísta de no querer compartir la vida con nadie porque es más cómodo, sino que también tiene un significado psicológico con raíces más profundas; es el miedo a sufrir.

Ni bien dos personas se encuentran, cada una de las dos comienza a especular y a tratar de bucear en el intrincado interior del otro para conocerlo y entonces así poder desplegar toda la gama de artilugios para conquistarlo y si es posible dominarlo.

Pocos son los que se dejan llevar pasivamente frente a un fenómeno tan común y difícil como es la relación de pareja y se atreven a ser como son.

La química del primer encuentro no es casual, porque no somos sólo seres materiales sino también sociales y espirituales, atributos que no sólo están relacionados sino que conforman una unidad armónica, por lo tanto, lo natural tendría que ser que la persona total, tal como es, provoque la misma atracción.

Sin embargo, el fenómeno actual es que las personas estén disociadas, y tampoco se comprometan consigo mismos ni con valores, porque viven en un permanente relativismo, reflejando una apariencia que no concuerda con su forma de pensar, de hacer o de decir.

Es difícil imaginar cómo es verdaderamente una persona así y es imposible llegar a conocerla.

Toda relación es un vínculo que para que llegue a ser profundo necesariamente tiene que basarse en la sinceridad y la honestidad.

La sinceridad y la honestidad son valores que trascienden lo circunstancial, porque forman parte del código ético necesario para vivir en una sociedad y para precisamente evitar el sufrimiento.

El amor es la emoción primera, ya que por amor nacemos y la vida sin amor por temor está incompleta.

Y no me estoy refiriendo solamente al amor de pareja; porque el amor es la forma más perfecta de comunicación con los otros. 

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