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Tuesday, January 15, 2013

Saltarse el desayuno aumenta el ansia de calorías (BBC)

Un estudio realizado con escáneres cerebrales muestra cómo saltarse el desayuno provoca horas más tarde que los alimentos grasos y ricos en calorías sean más atractivos.

Los escáneres de 21 personas mostraron que el cerebro se veía más atraído hacia esos alimentos cuando no se había desayunado.
Y estos individuos consumían más durante el almuerzo.

Según los científicos, el hallazgo muestra el desafío que representa tratar de perder peso, ya que dejar de comer hace más atractivos a los alimentos calóricos.

Estudios previos ya han demostrado que el desayuno calma el apetito, dicen los nutricionistas.

Sin embargo, el doctor Tony Goldstone y su equipo del Imperial College de Londres querían saber qué ocurre dentro del cerebro y cómo esto altera la forma como una persona consume alimentos.

Calorías atractivas

Desayuno
Los que se saltaban el desayuno comieron 20% más calorías durante el almuerzo.

En el estudio participaron 21 hombres y mujeres de peso normal con un promedio de 25 años.

Para la investigación llevada a cabo durante dos días, se les mostraron fotografías de alimentos ricos en calorías mientras se les colocaba en un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (MRIf) en la universidad.

Se les pidió que calificaran qué tan atractivos eran los alimentos, que incluían chocolate, pizza, vegetales y pescado.
"Tanto en los escáneres de los participantes como en nuestras observaciones de cuánto comieron en el almuerzo, encontramos amplia evidencia de que el ayuno hace a la gente más hambrienta" Dr. Tony Goldstone
En uno de los días, se pidió a los voluntarios que no desayunaran antes del escáner. En el segundo día se les dio, una hora antes del escáner, un desayuno de 750 calorías consistente de cereal, pan y mermelada.

Los dos días después de los escáneres los voluntarios comieron un almuerzo en el que podían consumir todo lo que desearan.

Según los investigadores, saltarse el desayuno provocó que el cerebro produzca una "predisposición" hacia los alimentos ricos en calorías.

Los resultados del estudio, presentados durante la conferencia Neurociencia 2012 celebrada en Nueva Orleans, Estados Unidos, mostraron que cuando la persona no desayunaba el cerebro cambiaba la forma como los sujetos respondían a los alimentos ricos en calorías, pero no a aquellos bajos en calorías.

Los escáneres mostraron que la región del cerebro que se cree está involucrada en la atracción a los alimentos, la corteza orbitofrontal, se volvía más activa cuando el estómago estaba vacío.

Además, los individuos que no habían desayunado comieron 20% más calorías cuando se les ofreció el almuerzo al final del día.

"Gravitación"

El ayuno prolongado, dicen los científicos, parece crear una tendencia para que ciertas regiones del cerebro "graviten" hacia este tipo de alimentos cuando la persona eventualmente recibe comida.

Cerebro
Regiones del cerebro "gravita" hacia alimentos grasos y ricos en calorías.

"Tanto en los escáneres de los participantes como en nuestras observaciones de cuánto comieron en el almuerzo, encontramos amplia evidencia de que el ayuno hace a la gente más hambrienta", dice el doctor Goldstone.

"Y esto incrementa el atractivo de los alimentos ricos en calorías y la cantidad que la gente come".

"Esto tiene sentido desde el punto de vista evolutivo cuando la persona se encuentra en una situación negativa de balance de energía".

"La persona no va a perder tiempo eligiendo una lechuga", expresa el investigador.

Y agrega que "una razón por la que es tan difícil perder peso es porque se incrementa la atracción de los alimentos ricos en calorías".

Por su parte, la doctora Catherine Hankey, profesora de nutrición de la Universidad de Glasgow, Escocia, comenta que la investigación muestra que el desayuno "calma el apetito" y que el nuevo estudio ofrece información "interesante".

Según la experta, el desayuno está vinculado a los niveles estables de azúcar en la sangre, lo cual nos mantiene "disciplinados".

Los investigadores planean investigar en el futuro cómo la obesidad afecta este mismo sistema en el cerebro.

Sunday, September 16, 2012

Grandes combatientes contra el estrés (blogdefarmacia.com)


Hacer volar la tensión no requiere un viaje al balneario o unas vacaciones muy lejanas. Elimina el estrés de manera cotidiana con estos consejos fáciles y útiles trucos sin tener que gastar grandes cantidades de dinero o demasiado esfuerzo.
  • El extracto de suma, también conocido como corang-acu, para tudo, o “el ginseng brasileño”, es una raíz enredadera que crece en la selva tropical de América del Sur y se utiliza como un tónico para regular muchos sistemas del cuerpo. Se trata de una medicina tradicional que actúa como protector del cuerpo a los estresores externos. Equilibra los niveles de azúcar en la sangre para combatir los cambios de humor. La raíz de Suma contiene 19 aminoácidos diferentes, una gran cantidad de electrolitos, minerales, hierro, magnesio, zinc, vitaminas A, B1, B2, E, K, y ácido pantoténico.
  • Una ensalada contra el estrés. Los ingredientes de esta ensalada dan una explosión de reacciones saludables del cuerpo ante el estrés. Los aguacates son ricos en potasio, lo que reduce la presión arterial alta. Las almendras son ricas en magnesio, que trabajan en el sistema nervioso para ayudar contra la ansiedad. El espárrago es rico en el estabilizador del estado de ánimo, el ácido fólico, por lo que ayuda a estar de buen humor.
  • El estrés restringe el flujo sanguíneo, provocando tensión en los músculos y la espalda baja. El estiramiento estimula los receptores del sistema nervioso que disminuye la producción de hormonas del estrés. El secreto consiste en aislar los músculos que acumulan tensión en la espalda baja, hombros y cuello.

Friday, August 31, 2012

Como Subir las Defensas de Manera Natural


Como todos sabemos y sobre todo en este último tiempo estamos expuestos una constante invasión de un sin número de sustancias patógenas que tarden o temprano llegarán a enfermarnos como es el caso de virus, bacterias, hongos por nombrar sólo algunos. Nuestro cuerpo por suerte cuenta con una forma sofistificada de defenderse que hace que pueda ser resistente a estos agentes extraños: el llamado sistema inmunológico.

La Nutrición Ortomolecular señala que para un sistema inmune sin problemas es crucial tener buena salud que en palabras simples es asociar y equilibrar distintos aspectos como: evitar períodos de estrés prolongado, hacer desarreglos en la alimentación que contribuyen a llevar una dieta inadecuada, evitar cambios bruscos de temperatura, dormir mal o no dormir las horas necesarias, evitar situaciones de conflicto que lleven a desórdenes emocionales, entre otras cosas. Todo lo mencionado anteriormente contribuye sin duda alguna debilitar el mecanismo de defensa contribuyendo a que el sistema inmune se debilite y nuestro sistema de defensas baje produciendo patologías tales como:

-Trastornos gastrointestinales.
-Infecciones por hongos, bacterias, virus, etc.
-Infecciones reincidentes.
-Alteraciones del sueño.

COMO MANTENER LAS DEFENSAS ALTAS
Es fundamental para tener siempre las defensas considerar las siguientes recomendaciones:

-Debemos dormir lo suficiente cada noche. El sueño no se recupera.
-Realizar seguido ejercicio físico moderado.
-Tener una dieta alimenticia saludable y equilibrada.

-No caer en niveles de obesidad ya que está directamente relacionada con la
inmunodepresión.
-Subir considerablemente el consumo de frutas y verduras.

-Eliminar (aunque nos cueste) el consumo de comida chatarra, comida precocinada, congelada o rica en grasas.
-Reducir el consumo de azúcar y harinas refinadas.

-Bajar o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas, gaseosas o estimulantes.
-Tratar de reducir o eliminar los alimentos fritos.

-Evitar el consumo de: drogas, tabaco, alcohol, etc.

Aunque no lo creamos la mayor parte de los problemas de tipo inmune se deben al maltrato que le damos al sistema digestivo por una alimentación inadecuada -debido a la escasez de fibra y exceso de alimentos fritos y grasas saturadas- así como a la ingesta de café, leche, azúcar y alcohol, a lo que hay que agregar al consumo elevado de antibióticos, corticoides, laxantes, inmunodepresores, etc. 

¿Qué desató la epidemia de obesidad en el mundo? (BBC)


En las últimas tres décadas las tasas de obesidad global se han duplicado y ahora viven en el mundo más de 500 millones de personas obesas.

Este exceso en el peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Pero ¿qué fue lo que causó está epidemia?

Algunos culpan a nuestro estilo de vida, que nos ha vuelto cada vez más sedentarios, pasando horas sentados frente al computador o la televisión.

Pero otros expertos creen que los responsables son los alimentos que comemos. Y más específicamente, dicen, las enormes cantidades de azúcar que consumimos.

"Genéticamente, los seres humanos no hemos cambiado, pero nuestro ambiente y nuestro acceso a la comida sí han cambiado", explica a la BBC el profesor Jimmy Bell, especialista en obesidad del Imperial College de Londres.

"Todos los días estamos siendo bombardeados por la industria alimentaria para que consumamos más comida".

"Es una guerra entre nuestro cuerpo y las demandas de nuestro organismo con el acceso a la comida que se tiene en una sociedad moderna. Y como científico me siento realmente deprimido, porque estamos perdiendo la batalla contra la obesidad" agrega.

Uno de los más grandes cambios en nuestra dieta se remonta a los años 70, cuando la industria agrícola de Estados Unidos se embarcó en la producción masiva del maíz y del jarabe de maíz de alta fructosa, comúnmente utilizado hoy en todo el mundo como edulcorante en alimentos procesados.
"Es una guerra entre nuestro cuerpo y las demandas de nuestro organismo con el acceso a la comida que se tiene en una sociedad moderna. Y como científico me siento realmente deprimido, porque estamos perdiendo la batalla contra la obesidad" - Jimmy Bell, Imperial College de Londres
Esto provocó un incremento masivo en las cantidades de alimentos baratos abastecidos a los supermercados estadounidenses: desde cereal hasta galletas de bajo precio.

Como resultado, las hamburguesas se hicieron más grandes y las papas fritas se hicieron más grasosas.

Esto, según la nutricionista Marion Nestle, preparó el terreno para la epidemia de obesidad.

"El número de calorías producidas en Estados Unidos, y disponibles a los consumidores estadounidenses, se incrementó de 3.200 por persona en los años 70 a 3.900, casi el doble de lo que un individuo necesita".

"Este incremento es enorme y pienso que es la causa de muchos problemas", señala.

¿Adictivo?

El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado e increíblemente barato.

Al principio se le utilizaba en casi todos los alimentos: pizza, ensaladas, carne, pasteles y pan.

Para mediados de los años 80 el JMAF ya había reemplazado al azúcar en las bebidas gaseosas, lo cual tenía sentido para la industria, ya que era un 35% más barato.

Pero según algunos científicos, además de más dulce, también es más adictivo que el azúcar.

En un principio, el jarabe de maíz de alta fructosa se utilizaba en pizzas, ensaladas, pasteles y toda clase de comidas.

Y esto, dicen, ha provocado que en las últimas dos décadas el consumo promedio de estas bebidas se duplique.

La industria, por su parte, afirma que este incremento no ha causado la epidemia de obesidad, sino el hecho de que la gente consume demasiadas calorías.

"Ciertamente nuestras bebidas gaseosas regulares son una fuente de calorías, pero si tú consumes muchas calorías y ves mucha televisión o no haces suficiente ejercicio, es claro que tendrás un problema", afirma Susan Neely de la Asociación Estadounidense de Bebidas Gaseosas.

Pero el doctor Jean-Marc Schwarz del Hospital General de San Francisco cree que lo peligroso es la enorme cantidad de fructosa que consumimos en todo el mundo.

"Ésta no tiene un efecto tóxico como el plomo o el mercurio, lo que es tóxico es la cantidad que se consume", dice.

La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.

Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro.
Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.

"Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dice a la BBC el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.

"Y esto explica lo que ha ocurrido en todo el mundo" agrega.

Grasa por azúcar

"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo. Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta" Dr. Robert Lustig
Pero hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal.

Se dijo que el responsable quizás no era el azúcar sino las grasas.

Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".

Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también acabar con el potencial desastre de salud de las enfermedades del corazón.

De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".

Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.

Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar, ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.

Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.

"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo", dice el doctor Lustig.

"Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta", agrega el científico.

Tuesday, July 31, 2012

Para subir las defensas bajas


    
La función principal del sistema inmunológico o defensivo consiste en proteger el organismo de enfermedades causadas por virus, hongos, parásitos y bacterias. 

El sistema inmunológico no sólo identifica y destruye los agresores que intentan invadir el cuerpo humano sino que también los puede reconocer si intentan nuevamente introducirse en el organismo. 

El sistema inmunológico lucha frente a los elementos nocivos por medio de los linfocitos (glóbulos blancos) y los anticuerpos (moléculas de proteínas). 

Todo ello se ve sustentado por el sistema linfático compuesto por la médula espinal, el timo, los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide.

Sin embargo, en ocasiones, el sistema inmunológico se debilita dejando al organismo expuesto a enfermedades graves.

Algunos factores que causan el debilitamiento del sistema inmunológico son:
  • Estados emocionales 
  • Cáncer
  • HIV/AIDS
  • Enfermedad inflamatoria intestinal  
  • Deficiencia de nutrientes
  • Procedimientos médicos (cirugías, transplante, uso de drogas antirrechazo,entre otros)

Remedios populares

Remedio para aumentar el sistema inmunológico #1: Consumir diariamente brócoli, coliflor, nabo y rábano para reforzar el sistema inmunológico.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #2: Tomar diariamente una cucharada de miel de abejas
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #3:  Tomar un te de ginseng el cual es conocido no sólo prevenir las enfermedades, sino también para el tratamiento de las enfermedades relacionadas con la inmunidad.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #4: Elaborar una infusión de té verde el cual estimula la producción de células inmunitarias.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #5: Extraer el jugo de una zanahoria de tamaño regular y dos naranjas y mezclarlo.  Tomar dicho  su diariamente en el desayuno para estimular el sistema inmunológico.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #6: Preparar un té de 20 gr de yerba mate en 1 1/2 tazas de agua.  Calentar el agua y agregar la hierba; no dejar hervir.  Luego, dejar reposar por 5 minutos y tomar 1 taza al día.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #7:  Elaborar un jugo con cinco guayabas, dos naranjas, tres limones, una toronja, cebolla chica y media taza de agua.  Para ello, se debe hervir la cebolla en el agua por 10 minutos.  Cortar en cuarto la guayaba y luego cortar y exprima el jugo de los limones, naranjas y toronjas  Retirar la cebolla del agua .  Mezclar esa con el jugo y bebelo al momento.Se recomienda tomar este jugo temprano en la mañana.
Remedio para aumentar el sistema inmunológico #8: Preparar un jugo con dos rábanos, un limón, dos naranjas y 1/4 taza de agua. Cortar en cuatro los rábanos, licuar con el agua y luego obtener el jugo del limón y las naranjas por separado.  Luego mezclar los ingredientes y beber al momento.

Recomendaciones
  • Evitar comidas con grasas y azúcares refinados.
  • Consumir por lo menos 10-12 vasos de agua por día para estimular el sistema inmunitario y expulsar las toxinas
  • Hacer ejercicio diariamente por 30 minutos
  • Realizar la respiración profunda y ejercicios de relajación.

Friday, June 15, 2012

10 consejos para perder peso sin hacer dieta (vidaysalud.com)

Francamente no sabes qué te disgusta más: si el sobrepeso o tener que hacer dieta. Como pasar hambre y privarte de lo que te gusta no te atrae ni un poquito lo sigues dejando para mañana. Pues ya no tienes que esperar ni un minuto más porque basta que introduzcas pequeños cambios en tus hábitos alimenticios y en tu estilo de vida para ir perdiendo peso poco a poco. Aquí tienes 10 consejos para que recuperes la forma y el peso ideal sin mucho sacrificio.
 
Si las dietas estrictas y de pocas calorías no son para ti, ni tampoco tienes tiempo ni ganas para largas sesiones de ejercicios, todavía te quedan opciones: realizar pequeños cambios en tu alimentación para ir reduciendo el peso, de forma más modesta pero más segura a largo plazo. Para ayudarte en el proceso, te proponemos las siguientes sugerencias:
  1. ¿Qué tal se te da la suma? La mayoría de las dietas restan alimentos. Pero ahora tú vas a sumar, pero no cualquier cosa, sino alimentos que te ayuden a lograr tu objetivo. Añade a tu cena de hoy los dos vegetales o verduras que más te gusten (espinaca, calabacines, zanahorias, coliflor) a tu porción de proteína (una pechuga de pollo, o carne, por ejemplo).  Como los vegetales contienen fibra te sentirás más satisfecha(o) con menos calorías. Evita aderezos ricos en cremas. En su lugar, aderézalos con un chorrito de limón, o una vinagreta ligera. Continúa añadiendo alimentos saludables a tus menús (más vegetales frescos, más fruta natural, más arroz integral).
  2. Solamente una vez.  No te prives de los alimentos que te gustan, pero con moderación.  Sírvete una porción y no repitas, especialmente si es un plato de alto contenido calórico.  Tampoco tienes por qué renunciar por ejemplo a ese postre delicioso que prepara tu abuela, pero confórmate con un par de cucharaditas.
  3. Sustituye los ingredientes por algo más ligero. ¿Te encanta la pasta? Sírvela con salsa de tomate en lugar de la salsa Alfredo, más alta en calorías. Acompaña las hamburguesas con ruedas de tomate y hojas de lechuga en lugar de queso derretido. O sirve una papa asada con crema agria sin grasa (o yogurt desgrasado) y baja en calorías en lugar de mantequilla, arroz salvaje en lugar de arroz blanco o un coctel de frutas naturales en lugar de las enlatadas que vienen en jarabe. ¿Ves la diferencia? Si aprendes a sustituir los ingredientes de forma inteligente, podrás seguir comiendo los platillos de siempre, pero más ligeros y no sentirás que te estás sacrificando.   Intenta seguir los consejos que te hemos dado en este artículo de VidaySalud.
  4. No saltes comidas. Cuando comes frecuentemente (en pequeñas cantidades, se entiende), el metabolismo se acelera y se queman muchas más calorías que si pasas horas y horas sin ingerir alimento (lo único que se logra con esta práctica es frenar el metabolismo, exactamente lo opuesto de lo que te conviene, que es “quemar” los depósitos de grasa de reserva). Además de tu desayuno, el almuerzo y la cena, planea dos meriendas ligeras (que pueden ser un puñado de nueces, un ramito de uvas, un yogur bajo en calorías o una barrita de energía de 90 o 100 calorías).  Planifica el horario de la cena para que no te acuestes sin hacer la digestión. Si tienes hambre antes de acostarte, olvídate del helado o cualquier alimento azucarado. En su lugar, come una rebanada (lasca) de pavo magro o un puñado de frutos secos. Planea tus menús considerando la densidad energética de los ingredientes y de esa forma puedes limitar los que tengan más calorías. En este artículo de VidaySalud aprenderás que es posible perder peso comiendo más.
  5. Dile adiós a la sobremesa. Mientras más tiempo permanezcas en la mesa, más tendencia tendrás a seguir comiendo, aunque no tengas hambre.  Dedica a cada comida media hora. Es suficiente tiempo para que te sirvas y disfrutes tus alimentos, masticándolos lo más despacio que puedas. Así te sentirás saciada(o) con menos. En cuanto termines, levántate y sal de la cocina o del comedor. Una retirada a tiempo te permitirá irle ganando la batalla al sobrepeso.
  6. Reduce el azúcar.  La consumimos no solamente en los postres, sino en grandes cantidades en las bebidas, como el té o el café. Si no puedes prescindir del azúcar, usa solamente la mitad de la cantidad que les añades habitualmente. Prueba eliminar las bebidas azucaradas como los jugos (zumos) de fruta y sobre todo, las sodas. No elimines tu vaso de jugo de naranja en el desayuno, pero sustituye el resto de las bebidas durante el día por agua que aporta 0 calorías.
  7. Limita el consumo de alcohol.  Contiene más calorías por gramo que los carbohidratos y las proteínas, así que usa tu fuerza de voluntad para limitarte a una copa de vino u otro tipo de trago.
  8. Usa platos, o vasos, más pequeños para servirte. El plato, o el vaso, se verán llenos con menos cantidad de alimentos. Así consumes menos calorías y visualmente no notarás la diferencia. Sigue aplicando el consejo de servirte sólo una vez para lograr un efecto multiplicador.
  9. Ojos que no ven. Si no traes a casa los alimentos que no te convienen (dulces, galletitas, chips, sodas,  tú sabes exactamente cuál es tu debilidad), no podrás ni comerlos ni inventarás excusas para consumirlos. Ve al supermercado con una lista específica y no compres por impulso.
  10. Aunque no vayas al gimnasio, realiza algún tipo de ejercicio.  Caminar alrededor de la cuadra, nadar en la piscina o alberca, montar en bicicleta, jugar un partido de tenis, son algunos ejemplos de las actividades que te ayudan a mantenerte en forma sin poner un pie en el gimnasio. Mientras más te motiven y agraden, mejor.
Día a día y poco a poco verás como la ropa te va quedando más ligera y suelta y es que has empezado a perder todo ese peso que tienes de sobra, sin mucho esfuerzo y sin mencionar la palabra dieta. ¿Cuándo te animas a empezar? No lo pienses dos veces: te verás mejor y estarás dando un gran paso de avance en el cuidado de tu salud.



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