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Thursday, November 15, 2012

Miedo a hablar en público (laguia2000.com)


Tomar clases de oratoria puede terminar con el miedo a hablar en público.

Básicamente, enfrentar al público para el tratamiento de un tema específico exige ser idóneo en la materia, tener algo interesante que decir que incluya algún contenido nuevo e inédito y mostrarse seguro, relajado y tranquilo.

Algunos oradores bien entrenados, utilizan una pizarra donde adhieren un esquema que les sirve como guía, para no saltearse ningún punto que pueda ser importante mencionar. Esta práctica sirve también para ordenar su trabajo y para calcular el tiempo que le demandará la charla, para no extenderse demasiado ni terminar antes de tiempo.

Un orador no tiene que perder de vista el objetivo ni tampoco irse por las ramas; y no debe permitir interrupciones de ninguna clase hasta finalizar la exposición, siendo lo más usual, dedicar la última media hora a contestar preguntas, recomendando a los asistentes no intervenir durante la disertación y anotar sus inquietudes para expresarlas al finalizar la charla.

Es inevitable estar nervioso antes de comenzar una presentación en público; pero es necesario aprender a permanecer relajado, tratando de concentrarse en el trabajo que se está haciendo, confiando en la propia capacidad y sin comprometerse con los resultados.

La mayoría de los actores teatrales, incluso los muy buenos, no pueden evitar el temor al escenario cada vez que se presentan ante el público, pero ni bien se identifican con el personaje logran entregarse de lleno a su trabajo con entusiasmo y sin miedo.

Enfrentar al público es una experiencia similar a la de un exámen de competencia, donde se tiene que demostrar la capacidad para ser aprobado o reprobado, y donde la persona se expone a ser criticada o juzgada.

El miedo no es sólo un estado emocional sino también fisiológico, porque se pueden sufrir palpitaciones, sudoración excesiva, falta de saliva, etc.

Existen algunas técnicas útiles para dominar mejor este estado y mantenerse equilibrado, y convertir estas experiencias en algo divertido y no en una situación generadora de angustia.

Si una persona disfruta de lo que hace se puede concentrar y olvidarse que está siendo observado, porque el orador que agrada al público es aquel que se muestra distendido y no acartonado.

Es necesario confiar en uno mismo y ser espontáneo, tratando de transmitir además de información, entusiasmo y emociones.

La habilidad para transmitir información con elocuencia es un arte que se puede adquirir y dominar, lo esencial es aprender a mostrarse seguro y positivo, elegir los contenidos que sean de mayor interés para el público, ser claro, conciso y dinámico.

La modulación de la voz es importante para distinguir los conceptos esenciales de los detalles y para no aburrir al público con un tono monocorde que invite al sueño.

Las técnicas de relajación nos permiten realizar con anticipación una desensibilización afectiva, que consiste en visualizar la escena temida de enfrentar al público con absoluta tranquilidad y plena soltura. 

No es necesario aprender de memoria los contenidos, ya que la guía dispuesta de antemano ayudará a desarrollar los temas sin tropiezos.

Una norma didáctica de importancia es repetir las ideas centrales y hacer un resumen final de cada tema.

No es recomendable limitarse a brindar información sino que también es importante matizar con ejemplos o anécdotas que hasta pueden ser personales y que permitan crear una atmósfera distendida y un ritmo activo.

La gente está habituada a los recursos de alto impacto en los espectáculos, de modo que una charla puede resultar más interesante si se muestran fotos, diapositivas o ilustraciones novedosas con contenidos alusivos.

Es importante mantener un gesto amable y sonriente, saludar al público con simpatía, sin precipitarse ni mostrarse ansioso.

Es deseable evitar poses forzadas, pues lo mejor es aflojarse y moverse libre y naturalmente; y para comprender mejor lo tratado, dejar al hablar espacios para el silencio.

Ante las objeciones, hay que evitar discutir con el que interrumpa con un cuestionamiento incisivo, aceptando la acotación y señalándole la discrepancia con su punto de vista.

Lo importante es no intentar satisfacer al ego sino lograr la comunicación con el público y disfrutar haciendo esa tarea.


Temor a hablar en público (laguia2000.com)


Hay gente que se bloquea cuando es el centro de atención de un grupo numeroso y esta condición puede limitar su rol profesional y también su vida personal.

Para ese problema, existen técnicas muy eficaces que permiten enfrentar ese temor en poco tiempo y trascenderlo.

La vida actual exige participar en reuniones, intervenir en grupos, proponer ideas o atreverse a decir lo que a uno no le agrada; y lo que todos desean es hablar con voz tranquila y firme sin mostrar inseguridad.

La Programación Neurolingüística puede ayudar a convertirse en un buen orador y a poder hablar en público tan bien o mejor todavía de como lo hacen otros.

Hay algunos errores que hay que evitar, como por ejemplo, usar muletillas al hablar, que no aportan nada pero en las que muchos se apoyan para poder pensar.

Lo mejor siempre será ser natural y espontáneo, diciendo al público todo lo que les ocurre y cómo se sienten, si se dan cuenta que olvidaron algo o si cometieron algún error involuntario

Los conceptos básicos es prudente repetirlos varias veces, en el momento oportuno, para que las personas que escuchan los retengan y puedan aprender de la disertación.

Las pausas demasiado largas aburren al público y si necesitan consultar sus notas no hay que tener ningún escrúpulo y hacerlo con naturalidad.

En toda charla, es importante no perder de vista el objetivo y no irse por las ramas. No es necesario demostrar al público todo lo que saben sino procurar ser pertinente, preciso y principalmente breve.

Si se trata de participar en una reunión, lo mejor es llevar una lista de las cosas que desean decir y participar en el momento oportuno.

Es necesario olvidarse de uno mismo y renunciar al deseo de dar una buena impresión; porque lo más importante es el mensaje que desean dar.

No solamente es útil exponer una idea sino que también es importante señalar los beneficios que puede tener para todos el eventual desarrollo de esa idea.

Si se trata de responder a algo que dijo alguien, se pueden sentir más cómodos si sólo se dirigen a él, como si estuvieran solos y no a todos.

El temor a ser convocado para presidir una reunión no debe ser un obstáculo para hacerlo. No necesariamente el que preside una reunión tiene que decirlo todo; más bien su tarea será la de informar de algunos temas, con la ayuda de otros, coordinar algunas tareas y básicamente deberá escuchar.

Cada uno debe aprender que en una reunión debe decir lo suyo y no utilizar a otros para que lo hagan por él; porque solamente la práctica les permitirá adquirir la confianza necesaria para liberarse del temor al público.

La Programación Neurolingüística propone algunas estrategias útiles.
 
Por ejemplo:

-Visualizar, antes de la reunión, la escena que uno teme, actuando con toda naturalidad, muy tranquilo, confiado y relajado.
 
-Visualizar estar respondiendo sobre lo dicho por alguien en particular como si estuvieran ambos a solas.
 
-Llevar anotadas las ideas y sus ventajas; las preocupaciones y las preguntas.
 
-Pensar que el propio punto de vista lo pueden compartir otros y que la opinión propia también puede ser valiosa.
 
-Si no se tienen ideas no es obligatorio hablar, bastará con escuchar a todos con atención, aclarando las dudas y aportando lo que se desee.

Cuanto más oportunidades de participar en grupos se tengan, menor será el temor de enfrentar a la gente.

El perfeccionismo nos limita, y ser perfectos no es necesario, sólo es beneficioso ser espontáneos, honestos y naturales y si nos equivocamos que sea con elegancia, sin sentir que hemos fallado.

Fuente: “Mientras me miran. Hable en público sin perder la calma”, Xavier Guix.

Wednesday, October 31, 2012

La Fragmentación Interior (laguia2000.com)

 
Hasta ahora hemos visto que la revolución social no ha producido en ningún lugar del mundo un cambio fundamental en el hombre.

Si deseamos un verdadero cambio en la sociedad es necesaria una revolución interior.

En una sociedad corrupta, como sabemos que existen, tiene que haber cambios, pero si el hombre individual sigue siendo corrupto en su actividad, trascenderá cualquier forma de sociedad que se instale, por perfecta que sea.

Creemos que no es posible cambiar y entonces, aceptamos las cosas como son y es así como nos volvemos deprimidos y confundidos. Sin embargo cambiar es posible sin demasiado esfuerzo y sin violencia.

Si somos conscientes a cada momento del día, de la hipocresía, de las contradicciones, de los engaños, a la noche no tenemos que hacer balance alguno. En nuestro cerebro, que registra todo, no quedará ningún residuo que nos inquiete y que no nos deje dormir, por lo tanto cada uno de nosotros estará produciendo orden, porque los procesos mentales del día han sido resueltos tal cual son, sin dejar nada pendiente para interpretar o cambiar; y ya no quedará lugar para analizar nada, porque el análisis no es la salida.

Cuando sufrimos un dolor, ese dolor se registra si lo asociamos con experiencias del pasado que nos han hecho sufrir y cuando vuelve a producirse lo seguimos registrando y ese recuerdo continúa.

En cambio, si ese dolor lo observo de modo completo como algo nuevo, no se registrará como una herida, como cuando lo comparo con mis pensamientos, ya que de esa manera me sentiré herido por el resto de mi vida.

Cuando estamos completamente atentos a cada experiencia y la observamos, desaparece el conflicto.

El pensamiento salta de un tema a otro, interpretándolo, analizándolo, modificándolo, porque pensar es recordar conocimientos, experiencias del pasado; por lo tanto no es libre.

Ese pensamiento proyecta desde el ayer lo que debería ser el mañana, sin ver el hoy, y entonces hay conflicto.

Cuando nos ocurren experiencias felices queremos repetirlas porque nos produjeron placer, por lo tanto nos aferramos al pasado y planeamos para el futuro. De esa manera es imposible ver lo nuevo.

El miedo surge entonces, por las experiencias del pasado y pensar en ellas alimenta el miedo. El suceso pudo haber terminado pero seguimos cargándolo a cuestas al pensar en él.

Por lo tanto, el pensamiento alimenta tanto el placer como el dolor y se torna completamente irracional.

Nosotros nos hemos vuelto conciencias fragmentadas. Un yo que desea lo que todos desean y otro yo diferente que somos nosotros mismos.

Vivir cada momento con la mente completamente libre de cualquier forma de resistencia, nos permite ver las cosas tal cual son, no comparando, no analizando, no interpretando en función del pasado. De esa manera la vivencia se convierte en algo mucho más importante que la experiencia.


Sunday, September 30, 2012

Tratamiento del Estrés (laguia2000.com)

 
"Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo."
Es más fácil evitar el estrés que curar las consecuencias después

Cuando una persona se da cuenta que está haciendo dos cosas al mismo tiempo tiene estrés. Las agendas completas, el apuro, las corridas, los sustos, las emociones violentas reiteradas, las peleas familiares, los disgustos, los problemas económicos, el exceso de trabajo, y muchas cosas de la vida que se pueden evitar, producen estrés.

Proponerse metas demasiado ambiciosas y no poder cumplirlas produce estrés, es necesario entonces reprogramar la vida para salir de ese círculo vicioso que puede llegar a matar.

El estrés puede ser normal y no causar ningún efecto nocivo, cuando se presenta un peligro o algo que amenaza la integridad física o pone en peligro la vida. En estos casos es saludable porque ayuda al cuerpo a prepararse para la lucha, para defenderse o huir.

El estrés no saludable es el estrés crónico. Generamos este tipo de estrés cuando el cuerpo y la mente se saturan de estímulos que se pretenden atender, principalmente por haber adoptado una forma de ser autoexigente, con expectativas demasiado ambiciosas, por ser perfeccionistas y competitivos.

Estas son las características de la personalidad de tipo A, cuando la persona es hiperactiva y se empeña en hacer y esperar mucho más de lo que puede hacer.

Antes situaciones de estrés continuas, el organismo comienza a emitir señales que se registran como trastornos funcionales, problemas emocionales y familiares, falta de atención, concentración y memoria, fobias, depresión e insomnio.

Una forma natural de disminuir el estrés es adoptar una nueva actitud hacia los problemas, porque no son los problemas los que matan sino la forma de vivir esos problemas.

Cuando una persona se compromete demasiado con las cosas, se identifica y se preocupa demasiado por ellas y está pendiente de los resultados de su acción, es la perfecta candidata para sufrir estrés.

Si analiza los hechos de su vida fríamente, es probable que pueda llegar a la conclusión de que el valor que le está adjudicando a las cosas que le pasan es demasiado alto y que se ha acostumbrado a un modo de vida intenso y se ha condicionado al efecto de la adrenalina.

Una personalidad tipo A es difícil que acepte vivir una vida apacible sin sobresaltos, porque necesita la acción y solamente así se siente vivo.

El estrés crónico es un hábito, un condicionamiento aprendido que hay que revertir cambiando los valores circunstanciales que dependen de las creencias y de la forma de ver el mundo.

En Hong Kong se jactan de tener la población más rápida que existe, que camina más rápido y que trabaja más y en forma más eficiente que en otros países. Es triste comprobar los valores relativos que prioriza esa cultura sin tener en cuenta el alto costo en salud que pagan los que ocupan el nivel más alto de eficiencia en las estadísticas.

Tener estrés es tener miedo, miedo a lo que puede pasar, miedo al futuro, a la pérdida de la seguridad y la poca confianza en si mismo, que es lo que lleva a una persona a amar los desafíos, para probarse a si mismo. Y el miedo se relaciona con la ansiedad, con la angustia y con las adicciones.

La relajación psicofísica disminuye el estrés, permite conectarse con la interioridad, tomar conciencia del verdadero propósito de la vida, conocerse más, sentir la relación con el mundo, liberarse del aislamiento, mejorando el estado general y la calidad de vida.

Realizar los ejercicios de relajación psicofísica de cabeza a pies, dos veces por día, permite salir del condicionamiento y aprender a estar relajado todo el día.

Para liberarse del estrés es necesario abandonar el control, dejarse llevar, no luchar ni resistirse, rendirse, no para perder, sino para ganar; y dejar de creer ser dioses, porque cada uno tiene que hacer lo que puede, lo mejor posible, tratando de disfrutar el proceso sin comprometerse con los resultados.

Cuando una persona está transitando por su propio camino, hace lo que le gusta, y pierde la noción del tiempo cuando lo hace, disfruta del proceso y de la vida y los resultados que obtiene son óptimos.

Sunday, September 16, 2012

Siete cosas que no sabías sobre los efectos de la música


1. Mejora el vocabulario. De acuerdo con una reciente revisión publicada en la revista Nature Reviews Neuroscience por Nina Kraus, de la Universidad Northwester (EE UU), durante el entrenamiento musical para tocar un instrumento se establecen conexiones neuronales que mejoran también otros aspectos de la comunicación humana. De ahí que los niños con formación musical tengan un mejor vocabulario y capacidad de lectura. También explica por qué los músicos son capaces de escuchar mejor una conversación cuando hay ruido de fondo que el común de los mortales.

2. ¿Música de fondo? Tanto si reproducimos una canción de Lady Gaga como si optamos por un disco de música clásica, escuchar música mientras desarrollamos una tarea cognitiva -como estudiar o redactar un informe- reduce el rendimiento, según un artículo publicado hace poco en Applied Cognitive Psychology. Lo mejor en estos casos, dicen sus autores, es el silencio.

3. Ritmo para hacer deporte. Científicos de la Universidad de Brunel demostraron en 2008 que escuchar cierto tipo de música, fundamentalmente de los géneros rock y pop, podemos aumentar nuestra resistencia al ejercicio físico intenso hasta un 15%. El estudio fue publicado en la revista Journal of Sport & Exercise Psychology.

4. La música, por la izquierda. Según un estudio realizado hace unos años en las universidades de California y Arizona (EE UU) y publicado en Science, el oído derecho recoge mejor los sonidos del habla, mientras que el izquierdo, responde mejor a la música. "Incluso al nacer, el oído está estructurado para distinguir entre los diferentes tipos de sonidos y enviarlo al lugar correcto en el cerebro", concluía una de las autoras del estudio, Barbara Cone-Wesson.

5. Música y alcohol. La música alta en los bares incita a beber más alcohol en menos tiempo, según una investigación francesa difundida en 2008 por la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research. Además, cuanto más alto es el volumen de la música más rápido se consume la bebida.

6. Buena para la circulación. Científicos del Centro Médico de la Universidad de Maryland han demostrado que escuchar música puede beneficiar al sistema cardiovascular tanto como hacer ejercicio o tomar ciertos medicamentos. Concretamente, analizando la respuesta de los vasos sanguíneos con ultrasonidos mientras escuchamos música, Michael Miller y sus colegas comprobaron que el diámetro de los vasos, medido en la parte alta del brazo, aumenta un 26% con nuestra música favorita. En contraste, la música que calificamos como estresante hace que los vasos se contraigan un 6%. Los experimentos mostraron también que escuchando canciones que invitan a reír los vasos sanguíneos se dilatan un 19%, mientras que la música relajante produce una expansión del 11%.

7. Con los ojos cerrados. Estudiando los cerebros de 15 sujetos con ayuda de resonancia magnética funcional, Yulia Lerner, de la Universidad de Tel Aviv, demostró el año pasado que cerrar los ojos aumenta el efecto emocional que nos produce la músca. Concretamente la doctora Lerner utilizó música de miedo del estilo de la empleada por Alfred Hitchcock en sus películas.Y comprobó así que la actividad de la amígdala, una zona del cerebro vinculada a la sensación de miedo, aumentaba mucho más con los ojos cerrados que si se mantenían abiertos. 

Monday, September 3, 2012

La Enfermedad, las emociones y la mente (laguia2000.com)

"Hay que aprender a ver la importancia de la mente y la emoción en la afección"

El Dr. Eugenio Zampini, médico argentino, cirujano, escribió un libro, editado en 2008, titulado “De cirujano del cuerpo a cirujano del alma” que debería ser de lectura obligatoria para todos aquellos empeñados en deambular de consultorio en consultorio buscando la solución de sus problemas de salud.

Zampini, gracias a una dolencia que lo afectó en pleno ejercicio de su profesión como cirujano, hace casi veinte años, pudo tomar conciencia de la relación entre las emociones, la mente y las enfermedades.

Comenzó sintiendo un adormecimiento en su brazo izquierdo y otras serias manifestaciones que le producían contracturas en todo el brazo, que le entorpecían seriamente su trabajo como cirujano.

Le diagnosticaron una hernia de disco en la zona cervical y la recomendación de todos los especialistas que lo atendieron fue unánime, debería someterse a una cirugía para que pudieran extraerle el disco que presionaba al nervio.

A pesar de ser cirujano, este diagnóstico lo sumergió en un estado depresivo mezclado con rabia y miedo.

Consultó al director del Hospital Churruca de Buenos Aires, quien lo puso en contacto con otro médico del citado hospital que practicaba acupuntura.

Hasta ese momento, el Dr. Zampini tenía una postura tomada con respecto al arte de curar, basada enteramente en el concepto de que la mayoría de las enfermedades se resuelven por medios quirúrgicos; y no reconocía los valores de la medicina alternativa.

Sin embargo, sabe reconocer que cuando se trató de una afección que comprometía su propia salud, se mostró dispuesto a probar esa posibilidad, poniéndose en manos del Dr. Pedro Oriolo.

Debía someterse a un tratamiento de acupuntura dos veces por semana y además sanar su mente; porque para curar el cuerpo primero hay que sanar el alma.

Esa experiencia le abrió la mente por primera vez, que luego lo llevó a profundizar teóricamente sobre este tema a la vez que iba sintiendo los efectos en su mismo cuerpo.

Este proceso permitió al Dr. Zampini entender la información que le brindaba su enfermedad y a escuchar su mensaje que lo obligó a cambiar su vida para siempre; y aunque la hernia de disco aún permanece en su columna no volvió a sentir más ninguna molestia.

Para que esto se hiciera realidad, tuvo que hacer muchos cambios; en su forma de ser, en su forma de pensar, y revertir su tendencia a la negatividad y a las emociones enfermas.
Diferentes profesionales lo ayudaron en esta empresa para lograr restablecer la armonía de su cuerpo y de su mente.

El Dr. Zampini no renuncia de ninguna forma de la medicina tradicional sino que trata de complementarla porque se ha dado cuenta que ningún conocimiento es absoluto por si mismo, como él había llegado a convencerse.

Su filosofía ha cambiado y hoy también implementa el mismo método con sus pacientes, tratando de ayudarlos a encontrar la unidad del cuerpo y del alma; porque es imposible comparar el cuerpo enfermo a una máquina que necesita ser reparada.

El tratamiento físico, centrado en eliminar los síntomas, aunque representa una parte fundamental en el tratamiento de las enfermedades, resulta incompleto, porque se hace necesario el compromiso total de la persona para curarse.



Monday, August 20, 2012

La Mentira (laguia2000.com)


La Mentira es faltar a la verdad a sabiendas. Es una afirmación falsa que crea una idea o una imagen también falsa.

Pero la mentira “tiene patas cortas”, es decir, que no llega muy lejos; porque los mentirosos tienen que tener ante todo muy buena memoria, si no quieren ser descubiertos.

El que miente necesita falsear la verdad para dar una imagen diferente de la que realmente tiene. No está conforme consigo mismo y en lugar de mejorarse auténticamente se oculta tras una máscara o disfraz inconsistente.

Una mentira es el comienzo de una cadena de mentiras infinitas que hace que el mentiroso produzca en los demás una imagen de personalidad caótica.

La personalidad paranoide es fabuladora porque se siente perseguida y criticada y necesita continuamente reivindicarse.

El miedo a perder la imagen falsa crea mucha tensión y angustia y se pierde mucha energía mintiendo.

La mentira tiene la función de fabricar personas y mundos falsos que hasta el que los inventa se los cree.

Una vez que se ha instalado el hábito de mentir es muy difícil salir de él; porque la confianza de los otros se pierde diciendo una sola mentira y para recuperarla pueden pasar muchos años.

Además, el que miente se está mintiendo a si mismo convirtiéndose en alguien irreal que no existe.

Hay muchas formas de mentir. Están las mentiras piadosas que son para no herir susceptibilidades, aunque siempre es mejor pecar por omisión antes de caer en una mentira.

También hay mentiras colectivas, como las noticias de los diarios, las revistas, la radio o la televisión que la mayoría de las veces responden a intereses espurios.

Hay mentiras familiares, que son las que sostienen a algunas familias, que aunque mientan todos por lo general igualmente se desmoronan.

Leemos mentiras históricas en muchos libros porque lamentablemente nadie puede ser objetivo contando un hecho del pasado con absoluta fidelidad, porque no puede evitar agregarle datos de su propia experiencia o ideología.

Y por supuesto hay muchas mentiras políticas que todos hemos podido comprobar después de las elecciones.

En realidad, vivimos en una sociedad mentirosa donde todos nos manejamos con tacto, que en última instancia significa mentir.

Siempre se puede cambiar este modo de ser, comenzando por emprender la maravillosa aventura de ser sincero y aprender a valorarse.

El mentiroso cree muy en el fondo que es despreciable y desde esa baja autoestima surgen las mentiras; que en definitiva son inútiles porque la verdad siempre se filtra por algún lado.

El que miente es como un barco que hace agua hasta que se hunde irremediablemente en lo más profundo, a veces perdiendo lo que más quiere.

El que quiere cambiar puede hacerlo sea quien sea, lo importante es querer hacerlo, porque querer cambiar es ya haber cambiado.

Porque somos los dueños de nosotros mismos y estamos condenados a elegir todo en esta vida y es probable que también en la muerte, en que como algunos suponen, tendremos que elegir el destino del alma.

Tuesday, August 7, 2012

La Madurez (laguia2000.com)


No siempre la edad viene acompañada de madurez emocional porque muchos más de los que creemos siguen siendo sólo niños toda su vida.

Muy en el fondo todos somos un poco niños a la espera de la protección de los demás y nos cuesta sobremanera pararnos sobre nuestros propios pies y caminar sin muletas ocasionales.

Hacerse cargo de uno mismo, esa gran aventura que empieza en la adolescencia y termina con la muerte, es una cuestión que cuesta aceptar hasta que nos damos cuenta que siempre estamos solos en los momentos cruciales de nuestras existencias.

La madurez no es solo una etapa cronológica de la vida sino un estado mental, una actitud y la personalidad es como un abanico que se despliega y no necesariamente madura en forma integral.

La falta de aceptación del esquema corporal impide el paso al mundo adulto y todos sabemos los esfuerzos y sacrificios que hace la gente para parecerse a los ídolos del momento cualquiera sea su edad.

La inmadurez emocional está relacionada con lazos afectivos arcaicos difíciles de romper, dependencias, miedos, debilidad del yo que prefiere vivir como una prolongación de otro.

La inmadurez social se refleja por la no aceptación de la propia unicidad, por pretender ser otro y no ser el que se es.

La coherencia interna es un elemento clave para definir a una persona madura, ya que pensar, decir y hacer lo mismo sin contradicciones eventuales y con convicción son condiciones que no pueden estar ausentes en ella.

Esa coincidencia entre el adentro y el afuera le permite protagonizar la vida sin apuntador sin necesidad de definirse nunca, porque una persona madura cambia y sólo se la puede definir en una lápida.

Y es también la que se responsabiliza y se compromete, respetando sus tendencias y teniendo en cuenta su medio y sus semejantes cuando se decide a tomar una decisión para insertarse en la sociedad.

Un caso clínico

Laura era funcionaria ejecutiva de una importante empresa multinacional. Cuando la conocí ella tenía cuarenta años pero su aspecto era de una bella joven de treinta. Su vida era su trabajo.

Había estado casada dos años hasta que se divorció y nunca había tenido hijos porque temía el sufrimiento y la pérdida de su buena figura.

Cuando vino a la consulta estaba atravesando otra separación de una segunda relación, su madre estaba agonizando y estaba a punto de ser despedida de su trabajo. Se dio cuenta que toda su vida estaba por colapsar y ella no estaba preparada para el cambio.

Pretendía como objetivo del tratamiento, reunir las fuerzas necesarias para establecer otra relación de pareja, por medio de una prestigiosa agencia de contactos, como lo hacía habitualmente, porque en esos momentos no se sentía en condiciones de quedarse en su casa sola.

Se sentía paralizada por el miedo. Su madre había sido para ella su soporte emocional y sus compañeros eventuales, quienes llevaba a vivir a su casa, sus perros guardianes.

Finalmente su madre falleció y ella consiguió otro trabajo pero hasta donde yo pude saber, no llegó nunca a lograr mantener a un hombre al lado.

Wednesday, May 16, 2012

Aprende cómo manejar las emociones en el trabajo (emol.com)

Tips para evitar que tus compañeros te miren de reojo cuando lloras, tienes rabia, miedo o ansiedad.


Llorar desconsoladamente o tener una repentina explosión de rabia en el lugar de trabajo, nunca ha sido muy bien visto. De hecho, es frecuente que se piense que actitudes como ésas son poco profesionales y vergonzosas. Pero, ¿es posible manejarlas?

Anne Kreamer intentó responder a esa pregunta tras vivir una experiencia poco grata cuando era vicepresidenta de Nickelodeon. Después de cerrar exitosamente un acuerdo de US$ 25 millones con Sony, la ejecutiva recibió una inesperada llamada de Summer Redstone, presidente y dueño mayoritario de Viacom, la compañía matriz del canal infantil. Obviamente pensó que su jefe iba a felicitarla, pero en lugar de ello le gritó por teléfono durante 90 segundos. Al colgar, Kreamer rompió en llanto.

"(La mía) fue una respuesta completamente natural a las circunstancias. Sabía que el señor Redstone había tenido un comportamiento inadecuado", cuenta en su libro "It's Always Personal", en el que habla sobre las emociones en la oficina. El texto fue el resultado de dos años de investigaciones, durante los cuales recorrió su país (Estados Unidos) para hablar con docenas de científicos y otros expertos, y más de 200 ciudadanos comunes y corrientes acerca de sus sentimientos en el trabajo. E hizo varios hallazgos inesperados.

"Descubrí tres cosas que son fascinantes", dijo la autora en una entrevista. "La primera es que el 88% de los americanos sienten que expresar más emociones en el trabajo sería algo bueno. En segundo lugar, que las personas que dijeron llorar en el trabajo no necesariamente eran infelices y llorar sencillamente era algo que hacían de vez en cuando. Y, finalmente, personas de todos los niveles de gestión -desde los más altos hasta los más bajos cargos- dijeron que han llorado en el trabajo. Así que llorar no es un obstáculo para el éxito", señaló.

El estudio de Kreamer sugiere que las mujeres lloran mucho más que los hombres. "Un 41% de las encuestadas dijo que habían llorado en el trabajo, en contraste con un 9% de los hombres. Quizás los hombres estaban mintiendo, pero otras evidencias sugieren que es biológico. Las mujeres fabrican más prolactina, la hormona que se cree nos hace llorar, y cuando nosotras lloramos producimos un mayor volumen de lágrimas", explicó.

En su libro, que fue publicado en 2011, la mujer también afirma que en la oficina es posible clasificar a los trabajadores en cuatro tipos de acuerdo a su personalidad. Así, están los ultrasensibles, "que hablan más de lo que escuchan, llevan sus emociones a flor de piel y son más tolerantes de ellas en otros, y son más ansiosos", describe Kreamer. En el otro extremo están los creyentes, que "escuchan más que lo que hablan, encuentran un real significado en trabajar para organizaciones y se consideran a sí mismos felices".

También es posible encontrar a los aceptadores, quienes esconden sus emociones y se orientan a los detalles. Y, finalmente, están aquellos que solucionan los problemas, quienes generalmente tienen cargos de liderazgo, tienden a sentirse en control y trabajan bien bajo presión. "Pero ellos pueden ser rígidos y piensan que tienen la respuesta correcta", añade la autora.

Kreamer llegó a esta clasificación después de encuestar a 818 mujeres y 421 hombres trabajadores en todo Estados Unidos. La encuesta está disponible en su sitio web y puedes contestarla (está en inglés) para saber en qué grupo encajas.

La autora destaca que cada grupo incluye a personas exitosas, ninguna categoría es desproporcionadamente masculina o femenina, los niveles de ingreso son similares entre los grupos y ser miembro de una categoría u otra no necesariamente predice el éxito en el trabajo o la felicidad. "En el mundo real hay flujos y las personas reales son individuos, con personalidades y situaciones de trabajo complicadas. Sin embargo, los resultados que obtengas pueden ayudarte a descubrir qué tipo de circunstancias o personas son más desafiantes para ti", explica Kreamer.

Rabia, miedo, ansiedad

Según Anne Kreamer, intentar controlar las emociones en el trabajo hace perder mucho tiempo. Por esta razón, en su libro propone a los trabajadores seguir un poderoso consejo de Mary Prefontaine, presidenta y directora ejecutiva de ICAN (una compañía estadounidense que entrena a personas para ser líderes). La recomendación es que los empleados elaboren un "diario emocional" para documentar lo que sienten a lo largo del día y, posteriormente, utilizar los siguientes tips para manejar la rabia, el miedo y la ansiedad.

Rabia

- Cambia la perspectiva e imagínate que tu oponente tiene dos años de edad.
- Comparte tu rabia en un lugar que sea privado.
- Si accidentalmente explotas sobre alguien, ofrécele una disculpa genuina. Si te dice que se siente enojado, no te defiendas o justifiques. Sólo escúchalo/la y recibe sus palabras.
- Respira profundamente.
- Imagina lo que la otra persona está sintiendo.
- Nombra las emociones que sientes.
- Sigue adelante.

Miedo

- Desarrolla una fuerte conciencia de lo que está ocurriendo a tu alrededor.
- Pide ayuda a los otros.
- Realiza una actividad personal que te ayude a sentirte mejor (por ejemplo, trabaja la confianza en ti mismo).

Ansiedad

- Medita.
- Da un paseo.
- Huele las rosas u observa algún objeto que te haga feliz.
- Pregúntate a ti mismo: "¿Qué es lo peor que puede ocurrir?".
- Redirecciona tu ansiedad hacia una acción concreta.

Fuente: http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2012/05/12/22720/Aprende-como-manejar-las-emociones-en-el-trabajo.aspx

Thursday, April 12, 2012

El Arte de la Seducción (laguia2000.com)


El arte de la seducción puede ser para algunos algo espontáneo, pero para la mayoría, que no se atreve a intentarlo, puede ser algo que se puede aprender.

La palabra mágica parece ser la actitud, o sea estar dispuesto a extraer lo mejor de uno mismo para lograr seducir.

Cuando se está seguro de sí mismo no existen los obstáculos y esa seguridad se expresa con la actitud.

Los expertos en relaciones públicas, ceremonial e imagen, afirman que para poder transmitir quiénes realmente somos se necesita sobre todo seguridad, porque la actitud asertiva lo es todo y trasciende la vestimenta y el arreglo personal porque también está expresando el modo de encarar la vida.

Desde Adán y Eva, los hombres y las mujeres comenzaron el ritual de apareamiento con la mirada y eso todavía no cambió, porque es la mirada lo que atrae a los sexos más que cualquier otra cosa.

Tener miedo es lo que hace que nos comportemos de manera diferente a como somos y que no podamos obtener lo que queremos, por eso hay que aprender a tener coraje y confiar en nosotros mismos.

El lenguaje corporal se aprende y la actitud para enfrentar al otro sexo se desarrolla.

Por lo general son las mujeres las que están mejor dispuestas a asistir a los talleres que existen en Buenos Aires para aprender el arte de la seducción.

Los hombres prefieren más que nada vencer la timidez y bajar las defensas para poder arriesgarse a ser más vulnerables.

Sin embargo, las mujeres quieren aprender algo más que seducir a un hombre; desean elevar su autoestima; y con los resultados poder enfrentar no sólo al sexo opuesto sino también cualquier situación social que se les presente que exija saber más de ellas mismas.

En Estados Unidos, Neil Strauss, escritor y periodista, un hombre común que creía tener escaso atractivo personal para las mujeres, se convirtió en un maestro de la seducción y escribió el libro “El método”.

Para muchos “El método” fue la tabla de salvación, porque les dio la oportunidad de conocer todas las estrategias para tener éxito con las mujeres.

Strauss que habitualmente escribe críticas de música en “The New York Time” y en la revista “Rolling Stone”; tiene un pasado de fracasos que no se cansa de recordar, cuando acostumbraba a rezar todas las noches para pedirle a Dios no morir virgen.

Pero aprendió a bailar y a cantar, hizo un curso de retórica, estudió Tarot y caligrafía y memorizó varias escenas de cine clásico.

Así fue que Strauss se transformó en todo un depredador que aconseja a los inexpertos sobre qué es lo que les interesa a las mujeres y que no.

Para un hombre, la conquista es más difícil porque no puede fracasar, sin embargo las chicas creen que para ellos es más fácil; sin embargo se equivocan, porque la realidad es que la mayoría de los hombres tiene mucho miedo.

Tanto es así que para muchos la homosexualidad fue la excusa para evitar enfrentarse con el otro sexo.

Los talleres de seducción apuestan a las salidas en grupo y a los hombres les exigen abordar a cien mujeres por mes de algún modo, para adquirir el hábito y perderles el miedo.

La época más favorable para relacionarse es el verano, que es cuando se puede estar más relajado y más dispuesto a buscar pareja; y la playa es el lugar ideal.

Lo más interesante de todo esto es que no es necesario mentir, porque la mejor manera de seducir es siendo uno mismo.

Strauss se convenció que no era necesario cambiar nada de su físico, porque se dio cuenta que la verdadera belleza es algo que no se ve sino que se percibe, se siente, se transmite y sobre todo trasciende la edad.

Es la naturalidad y la honestidad lo que mejor funciona y tener bien claro lo que uno quiere sin importarnos el qué dirán.

La espontaneidad es la clave y eso no se aprende, simplemente es atreverse a ser quien uno es y dejar de compararse con otros.

Lo importante es no generar falsas expectativas y observar atentamente las señales que emite el otro sin avasallar ni presionar.

Fuente: “LNR”; “Todo por seducirte”; Fabiana Scherer; O1/2011.
http://psicologia.laguia2000.com/la-sexualidad/el-arte-de-la-seduccion 
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